Los árabes musulmanes estaban organizados en tribus gobernadas por jefes. Vivían principalmente en el desierto y dependían de sus caballos y lanzas. Mahoma unificó a los árabes y sacó de su aislamiento difundiendo el Islam a través de la guerra santa, logrando conquistar amplias regiones incluyendo Egipto, el norte de África y la península ibérica. Los sucesores de Mahoma establecieron varios califatos en Oriente, Occidente y Egipto.