En la antigua Grecia, la filosofía sustituyó a los mitos para explicar el mundo, representando la racionalidad humana a través del logos. Platón ayudó a la transición del mitos al logos a través de su Academia de Atenas y la alegoría de la caverna, donde los hombres podían liberarse de las cadenas y admirar el mundo de las ideas más allá de las apariencias. El logos determinaba qué culturas eran consideradas civilizadas y diferenciaba a los griegos de los bárbaros.