LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
Durante el período citado se sucedieron tres presidencias radicales a cargo de Hipólito Yrigoyen (1916-1922),
Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y la segunda presidencia de Yrigoyen, a partir de 1928 la cual fue
interrumpida por el golpe de estado de 1930. Entre 1916 y 1922, el primer gobierno radical enfrentó el
desafío que significaba gobernar respetando las reglas del juego democrático e impulsando, al mismo
tiempo, las medidas que aseguraran la concreción de los intereses de los diferentes grupos sociales que
habían apoyado al radicalismo.
SEMIOLOGIA DE HEMORRAGIAS DIGESTIVAS.pptxOsiris Urbano
Evaluación de principales hallazgos de la Historia Clínica utiles en la orientación diagnóstica de Hemorragia Digestiva en el abordaje inicial del paciente.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
31 Domingo Ordinario - A
1. DICEN PERO NO HACEN
31º DOMINGO ORDINARIO – CICLO A
Las tres lecturas de este domingo son un toque de atención. Nos avisan
sobre el peligro de una fe que se queda en las palabras, en la doctrina y
en los rituales, sin llegar a traducirse en un cambio vital. Y nos animan a
convertir esa palabra de Dios, una palabra llena de vida, en hechos y
obras que sean coherentes con lo que creemos.
El profeta Malaquías acusa a los sacerdotes que han fallado al pacto con
Dios. Su conducta y mal ejemplo causan escándalo entre los fieles, pues
aplican las leyes a su gusto y conveniencia. La denuncia del profeta es
dura: ¿No tenemos un mismo padre? ¿No nos creó el mismo Dios? ¿Por
qué nos traicionamos unos a otros profanando la alianza de nuestros
padres? Podríamos hablar de quienes han utilizado la religión para servir
a sus intereses, para justificarse o para ganar poder y prestigio, aún a
costa de los demás. Esto ha sido una constante en la historia: valerse de
la religión como herramienta de poder. Los sacerdotes y las personas
con responsabilidad eclesial, sean laicos o consagrados, son los que
corren más riesgo. Cuando la Iglesia cae en estas actitudes, está
traicionando el evangelio y la voluntad de Dios, que es hacer llegar su
amor a toda persona, sin excepción.
Jesús recoge estas ideas y avisa contra los fariseos y escribas que
predican mucho y exigen que todos cumplan la Ley, pero luego su vida
no es coherente con lo que dicen. Arremete contra los que cumplen con
los preceptos religiosos y las devociones de forma muy visible, para ser
notados y bien considerados. Es la religiosidad de la fachada, otra
actitud en la que los creyentes podemos caer a menudo. En realidad, no
estamos honrando a Dios sino a nosotros mismos; la vanidad enturbia
nuestra fe. También avisa con el peligro de endiosamiento de los líderes
religiosos, que pretenden ser maestros, padres, autoridades… cuando el
único maestro y padre es Dios mismo.
San Pablo nos muestra otra forma de vivir la fe, llena de delicadeza,
ternura y solicitud hacia los demás. Dando sin exigir nada a cambio,
cuidando de las personas, preocupándose no sólo por su vida espiritual,
sino por su bienestar material. San Pablo también agradece a la
comunidad de Tesalónica su acogida, pues han sabido escuchar la
palabra como auténtica palabra de Dios. Y esto es importante: es una
2. palabra que no sólo explica algo, sino que tiene el poder de transformar
vidas. Quienes la acogen, no serán los mismos.
Reflexionemos hoy si nuestra vida es coherente y refleja con
transparencia nuestra fe. ¿Vivimos una religión de apariencias, para
quedar bien o tranquilizar nuestra conciencia? ¿Utilizamos la religión
como arma de poder o para sentirnos superiores? Si tenemos algún
puesto de responsabilidad, ¿usamos de nuestro ascendente para tener
poder e influencia sobre los demás?
¿Cómo vivir una fe auténtica y sincera, convirtiendo el evangelio en vida?
Jesús nos da la clave. Es una herramienta poderosísima y sencilla, pero
que pide de una voluntad libre y decidida: ser humildes. No buscar
reconocimiento ni honores. No juzgar, y mucho menos, criticar y
condenar al otro. Ser últimos, servidores, discretos. Ceder el paso.
Sentirnos hermanos, iguales, ni mejores ni peores que los demás. Y
descansar en Dios, nuestro Padre, depositando en él toda nuestra
confianza.