Jesús presenta a Dios como un Padre de bondad ilimitada y sin condiciones. Dios da total libertad y perdona sin pedir explicaciones. Cuando el hijo pródigo regresa, Dios sale a recibirlo con los brazos abiertos, lo viste como un príncipe y celebra su regreso con un banquete. Dios ofrece el cielo gratuitamente a todos los que se arrepientan y se reconcilien con Él.