El documento discute la naturalidad y fonética expresiva en el lenguaje. Señala que aunque los signos lingüísticos parecen arbitrarios, en realidad responden a la realidad mental de los hablantes y a veces son icónicos, como las onomatopeyas. Explica que con el tiempo, las palabras que eran icónicas se vuelven arbitrarias por su uso frecuente, aunque originalmente surgieron de forma icónica, como imitaciones de sonidos. También sugiere que la fonética pudo haber comenzado de forma icónica,