El documento discute los temas de la medicalización y el culto al cuerpo en la sociedad post-industrial, lo que ha llevado a un consumo irracional de medicamentos. Específicamente, analiza el uso de anorexígenos, estimulantes como las anfetaminas, hormonas y medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Se argumenta que la agresiva comercialización a veces sobrepasa la evidencia científica y que estos fármacos pueden tener efectos adversos y causar dependencia.