La recolección de datos implica tres pasos: 1) seleccionar un instrumento de medición válido y confiable, 2) aplicar el instrumento para obtener mediciones de las variables de interés, y 3) codificar los datos obtenidos para su análisis. Los instrumentos deben ser confiables, lo que significa que producen resultados consistentes, y válidos, es decir, miden realmente la variable que pretenden medir. Existen diversos métodos para calcular la confiabilidad y validez de un instrumento.