El documento argumenta que las organizaciones deben cambiar su enfoque del desarrollo de capacidades de uno basado en la capacitación a uno centrado en el cambio de comportamientos. También debe cambiar de una relación de autoridad entre jefes y empleados a una de diálogo entre iguales, y de un modelo paternalista a uno que responsabilice a los empleados por su propio desarrollo. Este cambio cultural es necesario para que las organizaciones tengan éxito a largo plazo.