El aluminio es el tercer elemento más común en la corteza terrestre. Se usa ampliamente en la construcción, transporte, industria y electrónica. Aunque se considera inocuo, altas concentraciones de aluminio pueden causar daños al sistema nervioso central, demencia y pérdida de memoria. También puede afectar negativamente a peces, anfibios y otros animales, así como acidificar lagos.