Este documento es un texto argumentativo que discute cómo la educación puede generar identidad y participación de los jóvenes en la sociedad. Argumenta que la educación en el Perú ha sido históricamente una educación occidental que ha desvalorizado las culturas indígenas. Señala que el quechua, uno de los idiomas originarios del Perú, está desapareciendo. Concluye que la lucha por lograr la identidad cultural solo puede darse como parte de la lucha por construir la nación y la soberanía del país.