En 1886, Eugen Goldstein descubrió las partículas con carga positiva igual al electrón, a las que denominó protones, mientras trabajaba con tubos de rayos catódicos. En 1906, J.J. Thomson descubrió que los rayos anódicos en un tubo de Goldstein que contenía hidrógeno tenían una carga igual pero opuesta a la del electrón, y los denominó protones. Los protones tienen una masa casi 1836 veces mayor que la del electrón.