A veces, material introductorio mezcla ambos escenarios y dispersa el foco.
Tratar de ensamblar la mesa al mismo tiempo que conocemos el martillo resulta complicado.
Primero, aprender la idea básica, aprender a golpear, clavar algunos clavos, ganar confianza.
Luego, vuelve a la mesa.
En la enseñanza tradicional, el uso de herramienta suele ser la primera etapa larga y tediosa.
Hay problema de motivación porque se pierde de vista el escenario del problema.
Y es larga porque se piensa “en cascada”, en una serie de etapas con un comienzo y un final.
Es como no dejar que alguien maneje un auto si no ha pasado todo el curso de mecánica.
O no dejar que alguien envíe mensajes o escriba un cuento si no ha pasado todo el curso de gramática.
La verdad es que posible hacer estas cosas sin tanta preparación previa.
Es importante no elitizar las cosas, sino hacerlas tan simples como sea posible.
Un enfoque agile hace iteraciones, dando las vueltas entre problema y aprendizaje, según lo requiera el problema y el aprendiz.
Agile es bueno para los escenarios inciertos y el aprendizaje realmente lo es porque cada persona aprende de modo diferente a un ritmo diferente.
A veces, se busca en herramientas nuevas soluciones que podríamos hacer con lo que tenemos, si lo conociéramos mejor.