Las aplicaciones de bases de datos se dividen en dos o tres partes. En una arquitectura de dos capas, la aplicación se divide entre el cliente y el servidor, donde el cliente accede a la base de datos a través del servidor. En una arquitectura de tres capas, el cliente se comunica con un servidor de aplicaciones que a su vez accede a la base de datos, permitiendo centralizar la lógica empresarial. Las aplicaciones de tres capas son más adecuadas para aplicaciones grandes o en la web.