Edi Rama, alcalde de Tirana, pintó las fachadas de los edificios de la ciudad de colores para recuperar el espacio público y luchar contra la corrupción y la inseguridad. Esto transformó la ciudad gris del comunismo en un lugar más seguro y alegre. Más tarde, se mejoraron los parques y espacios públicos, se demolieron construcciones ilegales y se redujo la delincuencia. Además, se implementó un sistema de direcciones y nombres de calles para reemplazar el antiguo sistema de referencias basado en