El documento describe la evolución del cine sonoro desde sus primeros experimentos a finales del siglo XIX hasta su establecimiento como el formato dominante en la década de 1930. Los primeros intentos incluyeron la grabación de sonido en cilindros y discos sincronizados con películas mudas, pero no fue hasta 1923 que Lee De Forest resolvió los problemas técnicos al grabar el sonido directamente en la película. En 1927, la película El cantor de jazz marcó el inicio del cine sonoro comercialmente viable. A principios de la