Este poema pide la bendición de Dios para que sus manos sean delicadas y capaces de dar sin calcular, y para que su corazón sea un templo vivo del Espíritu que sepa dar calor y refugio, perdonar y comprender, y compartir el dolor y la alegría con amor. Finalmente, el poema pide que Dios disponga de la persona con todo lo que es y tiene.

1. BENDÍCEME, SEÑOR
Pon el sonido y no uses el ratón, déjate llevar.

2. Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas
y sepan tomar sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

6. Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.

7. Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy,
con todo lo que tengo.