La biotecnología se ha aplicado ampliamente en la agricultura a través de los Organismos Genéticamente Modificados para cultivos como soya, maíz, algodón y canola, lo que ha aumentado la producción y resistencia a plagas en los últimos 10 años. Además, la biotecnología comienza a usarse en medicina, ingeniería y combustibles renovables como oportunidades de negocio futuras que no competirán con la producción de alimentos.