El documento presenta una discusión sobre la ética en el diseño gráfico. Se plantea si los diseñadores deben aceptar cualquier encargo o rechazar trabajos para clientes con fines poco éticos. También se cuestiona si el diseño gráfico es solo publicidad o si implica una comunicación más amplia. Finalmente, se reconoce que el diseño puede usarse para propósitos positivos como mejorar la calidad de vida, pero también de forma negativa como promover el consumismo excesivo.