La caída de Carlos Ibáñez del Campo y el periodo de inestabilidad gubernamental se debió a la crisis económica de 1929 y sus efectos en Chile. La crisis provocó el cierre de oficinas salitreras y quiebre de empresas, lo que generó desempleo y migración a las ciudades. Esto hizo perder popularidad a Ibáñez, quien renunció en 1931 dando paso a un período de inestabilidad con varios presidentes hasta que Arturo Alessandri ganó las elecciones en 1932.