El canon de belleza romántico rompió con las normas clásicas de belleza griega. La belleza se experimentaba de manera subjetiva y podía encontrarse en lo feo o extravagante. Los hombres adoptaron pantalones y trajes oscuros que reflejaban la nueva clase burguesa, mientras que las mujeres idealizaban la palidez y delgadez extrema como signos de enfermedad y fragilidad.