Este capítulo explora la ética a través de la historia de Robinson Crusoe y su encuentro con otros seres humanos en la isla. Savater argumenta que la ética se ocupa de cómo vivir bien la vida humana entre otros humanos. Explica que aunque debemos mantener distancia de aquellos que consideramos malos, también debemos reconocer su humanidad y tratarles como seres humanos. Finalmente, Savater concluye que para tratar a otros de forma ética debemos intentar ponernos en su lugar y comprender sus perspectivas y motivaciones.