La Carta de Venecia de 1964 estableció principios internacionales para la conservación y restauración del patrimonio cultural. Define la conservación y restauración como disciplinas que buscan salvaguardar el patrimonio cultural mediante métodos científicos. También enfatiza la importancia de documentar y publicar trabajos de conservación y restauración, y de proteger el patrimonio arqueológico mediante leyes y permisos para excavaciones.