Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
Colaboracion hombre y mujer en iglesia y mundo
1. CONGREGACIÓN PARA
LA DOCTRINA DE LA FE
CARTA A LOS OBI SPOS
DE LA I GLESI A CATÓLI CA
SOBRE LA COLABORACI ÓN DEL HOMBRE Y
LA MUJ ER EN LA I GLESI A Y EL MUNDO
31 DE MAYO DE 2004
2. Cont enido
I nt roducción
1.- El problema.
2.- Los dat os f undament ales de la
Ant ropología bíblica.
3.- La act ualidad de los valores f emeninos
en la vida de la sociedad.
4.- La act ualidad de los valores f emeninos
en la vida de la I glesia.
5.- Conclusión.
3. I nt roducción
N. 1:
“Expert a en humanidad, la I glesia ha est ado
siempre int eresada en t odo lo que se ref iere
al hombre y a la muj er”.
Lect ura.
4. I nt roducción
N. 1:
Fines del document o:
- Cont est ar a algunas corrient es de
pensamient o, cuyas t esis no coinciden con la
f inalidad genuina de la promoción de la muj er.
- Proponer ref lexiones bíblicas indispensables
para salvaguardar la ident idad de la persona
humana.
- Ayudar a una rect a comprensión de la
colaboración act iva del hombre y la muj er en la
I glesia y el mundo, en el reconocimient o de su
propia dif erencia.
5. I nt roducción
N. 1:
Fines del document o:
- Prof undizar en el t ema dent ro de la I glesia.
- I nst aurar un diálogo con t odos los hombres y
muj eres de buena volunt ad.
- Buscar sincerament e la verdad y el
compromiso común de desarrollar relaciones
siempre más aut ént icas.
6. I . El problema
N. 2:
En los últ imos años se han delineado nuevas
t endencias para af ront ar la cuest ión f emenina:
1ª Tendencia: muj er como rival del hombre.
Muj er cont est at aria f rent e al hombre por
su condición hist órica de subordinación y
somet imient o. A los abusos de poder responde
con una est rat egia de búsqueda del poder,
con consecuencias nef ast as en la f amilia.
7. I . El problema
N. 2:
2ª Tendencia: muj er igual al hombre.
Consecuencia de la primera t endencia y
para evit ar la supremacía de uno u ot ro
sexo.
Se eliminan las dif erencias, consideradas
como product o hist órico-cult ural, como la
dif erencia f ísica o “sexo” y como la
psicología o conduct a propiament e
masculina o f emenina.
8. I . El problema
N. 2:
Est o genera conf usión sobre la dualidad
sexual f ísica y psicológica, y la int roducción
de f alsos modelos de “f amilia”, no
f ormados por la unión ent re hombre y
muj er.
9. I . El problema
N. 2:
En su lugar, se crea la “ideología de género”,
que explica como “const rucción cult ural” la
cult ura pat riarcal en la que la muj er queda
dominada. Af irma que est a const rucción se
puede y se debe cambiar por la ideología de
género, o sust it ución de “sexo” por “género”,
concept o creado para permit ir t odo t ipo de
“opciones y conduct as sexuales”.
10. I . El problema
N. 3:
Causas ant ropológicas:
+ liberación de los condicionamient os
biológicos ( obj et ivos y absolut os ) y
+ búsqueda de la “libert ad” como máximo de
los valores ( en el t erreno del deseo
subj et ivo ).
11. I . El problema
N. 3:
Consecuencias:
+ “liberación de la muj er”,
+ crít ica a las Sagradas Escrit uras, por
t ransmit ir una concepción pat riarcal
machist a.
12. I . El problema
N. 4:
Sobre est o, ¿qué dice la I glesia?
La I glesia, basándose en la Sagrada
Escrit ura, habla de
colaboración act iva ent re el hombre y
la muj er, en el reconocimient o de
sus dif erencias.
13. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 5:
En Génesis aparece el ‘‘principio' ' bíblico
que const it uye la base inmut able
de t oda la ant ropología
crist iana:
el hombre es ‘‘imagen y semej anza de Dios' ‘.
14. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 5:
Gn 1, 26-27: «Y dij o Dios: Hagamos al ser
humano a nuest ra imagen, como semej anza
nuest ra... Creó, pues, Dios al ser humano a
imagen suya, a imagen de Dios le creó,
hombre y muj er los creó».
La humanidad est á sexuada desde la
creación, y los sexos son masculino y
f emenino.
15. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 6:
El segundo relat o de la creación ( Gn 2,4-
25 ) conf irma de modo inequívoco la
import ancia de la dif erencia sexual.
Adán experiment a una soledad, que la
presencia de los animales no logra llenar.
Necesit a una ayuda que le sea adecuada.
«Est a vez sí que es hueso de mis huesos y
carne de mi carne» (Gn 2,23).
16. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 6:
Se t rat a de la compañera de vida con la que
el hombre se puede unir, como esposa,
llegando a ser con ella ‘‘una sola carne' ' y
abandonando por est o a ‘‘su padre y a su
madre' ' (cf Gn 2,24).
17. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 6:
El cuerpo humano, marcado por la dif erencia
de la masculinidad o la f emineidad,
«desde ‘‘el principio' ' t iene un
caráct er nupcial o de comunión, o es
capaz de expresar el amor con que el
hombre-persona se hace don.
18. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 6:
El cuerpo es la expresión del espírit u y
est á llamado, en el mist erio mismo de la
creación, a exist ir en la comunión de las
personas ‘‘a imagen de Dios' ' .
19. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 6:
Cuando Pablo dice que la muj er exist e
«por razón del hombre» (cf 1Co 11,9),
expresa un aspect o f undament al de la
semej anza con la Sant ísima Trinidad.
El hombre y la muj er son llamados no
sólo a exist ir ‘j unt os' ' , sino t ambién
a exist ir recíprocament e, ‘‘el uno para el ot ro
en el mat rimonio y en ot ras
f ormas de vida.
20. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 7:
El pecado original signif icó el rechazo, por
part e del hombre y la muj er, de la dif erencia
exist ent e ent re Dios y la creat ura humana, y
como consecuencia se t ergiversó t ambién el
modo de vivir la dif erenciación sexual, y se
pervert ió la relación misma ent re el hombre
y la muj er.
21. I I . Los dat os f undament ales
de la Ant ropología bíblica
N. 7:
Gn 3, 16: «Hacia t u marido irá t u apet encia,
y él t e dominará». El amor a menudo
quedará reducido a búsqueda de sí mismo, y
t raerá el yugo de la dominación de un sexo
sobre el ot ro.
Se pierde la igualdad, el respet o y el amor
ent re hombre y muj er y se cae en la t riple
concupiscencia (de la carne, de los oj os y
de la soberbia de vida; cf 1 J n 2,16).