Los mandamientos de la mejora continua instan a mantener una mente abierta al cambio, ser ambicioso empezando con pequeños pasos, atacar procesos en lugar de personas, buscar soluciones simples, reparar lo que está roto, usar la creatividad más que el capital, encontrar la raíz de los problemas, aprovechar la sabiduría colectiva y promover un sentido de urgencia para mejorar sin fin.