3. SEMIOLOGÍA CLÍNICA Y
CLASIFICACIÓN
RADIOLÓGICA
Las manifestaciones clínicas de los adenomas hipofisarios dependen de
la existencia o no de un síndrome tumoral y
de la de una hipersecreción hormonal.
3
4. Síndrome Tumoral
Adenoma no secretor
Signos clinicos
•tardíos
•signos visuales, cefaleas crónicas y signos de
hipopituitarismo;
•dx: macroadenoma
•Síndrome tumoral visual: supraselar
•Extensiones extraselares: asintomaticas
•Extensión tumoral intrasellar: hipopituitarismo
HIC: son infrecuentes
•desarrollo lento del adenoma.
La indicación quirúrgica es urgente
en caso de disminución intensa de la agudeza visual.
Favorecido
tratamiento
anticoagulante,
estrogénico o incluso por la gestación.
apoplejía (necrosis hemorrágica)
cefaleas, náuseas,
vómitos,
trastornos visuales
mayores
síndrome de insuficiencia
hipofisaria aguda.
Casos infrecuentes
Necrosis tumoral
4
5. Síndrome de hipersecreción tumoral
Adenomas
funcionales
• constituidos por
un único tipo
celular
• se manifiestan
por una
hipersecreción
monohormonal
Adenomas
mixtos
• los más clásicos
son los adenomas
secretores de
hormona de
crecimiento (GH)
y de prolactina.
5
6. Clasificación radiológica
Resonancia magnética (RM) cerebral
• es la exploración de referencia
• permite la localización de los adenomas mayores de 5 mm
• la apreciación de su extensión
Clasificación francesa: Derome et al:
• grado 0: microadenoma con deformación localizada de la silla turca,
sin aumento de su volumen;
• grado 1: ensanchamiento de la silla turca sin expansión supraselar;
• grado 2: expansión supraselar sin alteración visual;
• grado3: extensión supraselar con afectación visual o expansión a nivel
del seno esfenoidal
• grado 4: adenoma gigante.
También se pueden clasificar los adenomas en tres
categorías:
• microadenoma menor de 10 mm,
• macroadenoma < de 10 mm intraselar o
• Macro >10 mm con una extensión extraselar.
6
8. Evaluacion preop:
Gonadotropos y de Prolactina
Adenomas no secretores o
gonadótropos
• Estos dos tipos de adenoma son
parecidos
• gran parte de los adenomas no
funcionales son en realidad
adenomas gonadótropos
• Los déficits corticótropo o
tirótropo deben recibir un
tratamiento sustitutivo adecuado.
Adenomas de prolactina
• Las características del paciente,
que es una persona joven,
• no plantean problemas de
anestesia.
8
9. Evaluacion Preop:
Adenomas somatótropos (GH)
Responsables de casi todos los casos de ACROMEGALIA
• Intubación difícil
• HTA sistodiastolica, insuficiencia cardiaca de alto gasto
• Coronariopatía: IAM
• DM 2
• Modificaciones en manos: neuropatía periférica, modificaciones vasculares (PAI)
Tratamiento preoperatorio
• análogo de la somatostatina (octreotida)
• inhibe la secreción de hormona del crecimiento y de la tirotropina (TSH)
Tx quirúrgico (International Congress of Endocrinology/Endocrine Society (ICE/ENDO 2014) )
• cirugía por vía transesfenoidal
• tratamiento de primera elección de la acromegalia
9
10. Evaluacion Preop:
Adenomas corticótropos (ACTH)
Mujeres de 30-40 años con una hipersecreción de ACTH de origen
alto,
•responsable de la enfermedad de Cushing.
Se deben evaluar varios elementos:
•riesgo de intubación difícil
•capital venoso,
•hipertensión arterial y a veces de una insuficiencia coronaria,
•anomalías de la hemostasia (prevencion de TVP)
•repercusión metabólica con una intolerancia a los glúcidos
•disminución de la inmunidad cellular: profilaxis antibiótica.
10
11. Evaluacion Preop:
Adenomas tirótropos
Los análogos de la somatostatina
tienen un lugar destacado en el
tratamiento de los adenomas
tirótropos
Su eficacia en estos tumores es
muy buena, incluso mejor que la
de la cirugía, sobre todo porque
los macroadenomas tirótropos son
invasivos en la mayoría de las
ocasiones.
Si se opta por la cirugía, una
preparación hormonal
preoperatoria suele ser útil para
controlar el hipertiroidismo.
11
12. Evaluación cardiovascular
■ Salvo los casos particulares de los
pacientes con acromegalia o enfermedad
de Cushing que requieren una evaluación
específica
■ Esta evaluación debe tener en cuenta el
hecho de que la intervención se realiza
en posición semisentada.
■ Ecocardiografía en los pacientes
hipertensos para apreciar la importancia
de la hipertrofia ventricular izquierda,
– que podría acrecentar las
consecuencias hemodinámicas del
cambio de posición, sobre todo si
existe una obstrucción dinámica
del infundíbulo del ventrículo
izquierdo.
12
14. Tratamiento Preoperatorio
Premedicación
• contraindicacion para BZD
AOS:
• Evitar depression respiratoria
• ventilación puede verse dificultada
por la obstrucción nasal y el edema.
Corta duración
de acción
• Como de costumbre
Tx
cardiovascular:
Antibioticoterapia
profiláctica
perioperatoria
• Cirugía limpia contaminada
Trasnesfenoidal:
• cefazolina (2 g por vía intravenosa en el
preoperatorio, dosis única o repetida una vez en
dosis de 1 g si la intervención dura más de 4 h).
• vancomicina en dosis de 15 mg/kg−1 (dosis
única) se prescribe en caso de alergia.
Profilaxis antibiótica con
14
15. Tratamiento hormonal sustitutivo
Relacionado con la patología
endocrina
Enfermedad de Cushing + signos graves de
hipercorticismo
• antiglucocorticoide de síntesis (tratamiento frenador),
mitotano que provoca una adrenalectomía química en
ocasiones definitiva.
• Otros tratamientos frenadores, como la aminoglutetimida
y el ketoconazol.
• ISRA: gluco y mineralocorticoide
Los pacientes que tienen un
craneofaringioma complicado con un
panhipopituitarismo o una diabetes insípida
• deben seguir recibiendo un tratamiento sustitutivo hasta
la intervención.
Prevención de la insuficiencia
suprarrenal aguda
postoperatoria
•Asocian una acción
glucocorticoide
predominante y una acción
mineralcorticoide leve.
Derivados de la
hidrocortisona
son los más
usados en la fase
perioperatoria.
•administración intramuscular
de hemisuccinato de
hidrocortisona con la
premedicación, que se
continúa en el
postoperatorio.
Enfermedad de
Cushing y un
craneofaringioma
15
18. Monitorización
La monitorización no tiene
particularidades.
Algunos autores prefieren
la arteria pedia en lugar
de la arteria radial en los
pacientes con
acromegalia, cuando es
necesario colocar un
catéter arterial.
La monitorización invasiva
de la presión arterial sólo
está indicada si existe una
miocardiopatía
hipertrófica grave;
Una alternativa podría ser
la utilización de un
sistema de medición no
invasiva y continua de la
presión arterial (Nexfin,
Infinity CNAP, etc.).
18
19. Control de las vías aéreas
Se colocan uno o dos taponamientos, a modo de taponamiento faríngeo posterior
con el fin de evitar la inhalación peroperatoria de sangre.
La intubación es obligatoriamente orotraqueal, debido a la vía de acceso quirúrgico.
El tubo se coloca en la comisura labial izquierda.
Se fija cuidadosamente para evitar cualquier
extubación accidental.
Acromgalia: predictores de VA dificil y ventilacion dificil
Mascara laringea Guia Fastrach Fibrobroncoscopia
19
20. Tecnica de anestesia
Tener en cuenta
•la brevedad de la intervención (generalmente menor de 45min),
•el riesgo de ventilación o de intubación difíciles,
•los riesgos particulares del período de despertar (edema, obstrucción nasal y hemorragia
postoperatoria) y
•la necesidad de una evaluación postoperatoria neurológica rápida.
La curarización es habitual, pues el cirujano necesita que el paciente esté inmóvil.
La cirugía endoscópica conlleva menos repercusiones hemodinámicas,
porque es menos dolorosa.
•paracetamol se administra durante la premedicación o desde la incisión,
•solo o asociado a la morfina para anticipar la analgesia postoperatoria, debido a la brevedad de la
intervención.
20
21. Colocación quirúrgica
Vía venosa
se coloca
preferentemente
en el lado
izquierdo,
con el cirujano
situado a la
derecha del
paciente.
PANI: MSD O MI
Los ojos se
ocluyen
cuidadosamente.
Evitar
compresión
nerviosa
a nivel de los
puntos de apoyo
de los miembros
(nervio cubital,
nervio peroneo).
Sondeo
vesical
no es útil,
porque la
intervención es
corta
no requiere
transfusión ni
utilización de
manitol..
Post
inducción,
el paciente se
coloca en
posición
semisentada,
con la cabeza
girada
ligeramente a la
derecha.
21
22. Período de recuperación
El paciente se coloca a continuación en su cama,
en posición semisentada para disminuir la hemorragia venosa y el edema local.
En los demás casos, la extubación no tiene particularidades.
La extubación es un período de riesgo al igual que la inducción y se precede de una aspiración de la faringe.
Es prudente realizar la extubación
(después de una prueba de fuga)
mientras el paciente está sobre la mesa
de operaciones,
lo que facilita las maniobras de
emergencia.
En la mayoría de los casos, la técnica endoscópica permite evitar la colocación de mechas nasales.
Los taponamientos faríngeos se retiran al final de la intervención.
22
26. Complicaciones hemodinámicas
Paso a la posición sentada
• disminución moderada de la presión arterial por disminución del retorno venoso .
• Reposicion liquidos y vasopresores
• Por vía endoscópica
Mucosa + adrenalina:
• breve período de taquicardia y de hipertensión arterial, en ocasiones con una
hiperexcitabilidad ventricular.
• Estas modificaciones son transitorias y no suelen requerir ningún tratamiento.
• Un episodio prolongado o que se produzca en un paciente con riesgo de isquemia
miocárdica puede obligar a administrar esmolol o labetalol
26
27. Embolia gaseosa
■ Cualquier intervención quirúrgica
realizada en posición sentada
expone al riesgo de embolia
gaseosa,
– TRASNESEFENOIDAL
■ Esto podría explicarse por el hecho
de que la intervención se realiza en
un «espacio cerrado».
■ La búsqueda de un agujero oval
permeable durante la evaluación
preoperatoria y la utilización de una
monitorización peroperatoria
específica (colocación de un catéter
central en la aurícula derecha,
Doppler precordial, presión arterial
invasiva)
– NO ESTÁ JUSTIFICADA .
27
29. Vigilancia Post Qx
Alta:
3 días sin complicaciones Reanudar tx hormonales
Mechas endonasales:
retirados al 2do dia postop analgesia
Dolor: escaso:
PCT morfina/tramadol
SV estándar + Estado neurologico (visual/coniencia) + detección de DI
Volumen y denisad de
diuresis (sonda vesical)
Glucosuria Balance hídrico Cada 3 horas
Dx dificl: osmolalidad
plasmática y urinaria
UCPA 24 HRS
Hospitalizacion
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31. Complicaciones quirugicas
C O M P L I C A C I O N E S
VA S C U L A R E S
Hematoma de la
cavidad quirúrgica
Epistaxis «de origen
mucoso»
Epistaxis: fistula
carotidocavernosa o a
un seudoaneurisma.
R U P T U R A D E L
D I A F R A G M A S E L A R
Rinoliquia
Neumoencéfalo
a tensión
C O M P L I C A C I O N E S
I N F E C C I O S A S
Meningitis
Sinusitis
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32. Complicaciones metabólicas: DI
N E U R O G E N A
Complicación más frecuente
Suele diagnosticarse en las
12-24 horas postoperatorias
Déficit de hormona
antidiurética, con
• incapacidad de concentrar la
orina,
• poliuria y
• tendencia a la deshidratación
D I A G N O S T I C O
Poliuria hipotónica
e inadecuada.
Dx e inicio de tx
con:
• Diuresis
> de 500 ml/3 h
• D. urinaria < a 1.005
• Na > a 145 mmol/L.
T R ATA M I E N TO
Mantener el equilibrio
hídrico a la vez que se
controla la poliuria
Tratamiento hormonal
sustitutivo.
• Desmopresina
• Vasopresina
Equilibrio hídrico
• Perdidas urinarias con aportes
hídricos equivalentes.
32
33. Conclusión
La cirugía transesfenoidal por micro o macroadenoma hipofisario plantea pocos
problemas peroperatorios al anestesista-reanimador.
La mortalidad postoperatoria es baja y las complicaciones infrecuentes.
Sin embargo, los pacientes requieren una vigilancia neurológica y de laboratorio
meticulosa en el postoperatorio inmediato,
Para detectar precozmente la aparición de una complicación: sobre todo, rinoliquia,
diabetes insípida y complicaciones infecciosas.
34
Los tumores de la hipófisis constituyen alrededor del 10% de las neoplasias cerebrales. Casi todos los casos son adenomas (Cuadro 1). Su clasificación se ha definido con más detalle en los últimos an ̃os gracias al inmunomarcado. Las dificultades del manejo de estos pacientes se relacionan esencialmente con la variedad de las patologías endocrinas. El tratamiento de las vías aéreas superiores domina el período perioperatorio en los pacientes con acromegalia y el riesgo de aparición de una diabetes insípida durante el período postoperatorio.
Se debe en la mayoría de los casos a un adenoma no secretor.
Los signos clínicos suelen ser tardíos y asocian signos visuales, cefaleas crónicas y signos de hipopituitarismo; esto explica el hecho de que su diagnóstico suele realizare en el estadio de macroadenoma.
El síndrome tumoral visual (disminución de la agudeza visual, hemianopsia bitemporal, edema de papila en el fondo de ojo, diplopía) refleja la importancia de la expansión supraselar del adenoma, esencialmente en sentido superior y anterior, con compresión de las vías ópticas, y en menos ocasiones en sentido lateral hacia el seno cavernoso, en cuyo caso se acompan ̃a de la compresión de los nervios oculomotores.
Las otras extensiones extraselares suelen ser asintomáticas.
La extensión tumoral intraselar comprime o destruye el tejido hipofisario sano, lo que explica los signos de hipopituitarismo.
Los signos que señalan una hipertensión intracraneal son infrecuentes, debido al desarrollo lento del adenoma.
Los adenomas somatótropos (secretores de GH) son responsables de casi todos los casos de acromegalia.
Estos pacientes tienen un alto riesgo de intubación difícil[4–6],desíndromedeapneadelsuen ̃o[7]ydehipoxemia postoperatoria. Esto se explica por el síndrome dismorfínico facial (hipertrofia nasal, prognatismo y aumento del taman ̃o de los maxilares y la mandíbula), la macroglosia y la hipertrofia de las mucosas faríngea y laríngea, que favorecenlaobstrucciónrespiratoriaduranteelsuen ̃o,en particularcuandoexisteunaumentodeltaman ̃odelaepiglotis y de las cuerdas vocales, así como una hipertrofia de los cornetes.
Por otra parte, más del 50% de los pacientes con acromegalia tienen una hipertensión arterial sistodiastólica, que sen ̃ala una retención hidrosódica con hipovolemia. Siempre existe cardiomegalia, relacionada con una esplacnomegalia o asociada a una insuficiencia cardíaca, por lo general de alto gasto.
Es frecuente que exista una coronariopatía, que puede ser responsable de un infarto de miocardio. El pronóstico de la afectación cardíaca es peor en los pacientes jóvenes.
Es frecuente que exista una diabetes de tipo 2, que puede evolucionar hacia una diabetes insulinodependiente.
Las modificaciones anatómicas de las manos se acompan ̃an de neuropatías periféricas (síndrome del túnel carpiano) y de modificaciones de los arcos palmares que pueden comprometer la vascularización de la mano, si se coloca un catéter radial[9].
En algunos pacientes, es beneficioso utilizar un tratamiento preoperatorio con un análogo de la somatostatina (octreotida), que inhibe la secreción de hormona del crecimiento y de la tirotropina (TSH)
Desde un punto de vista quirúrgico, durante el International Congress of Endocrinology/Endocrine Society (ICE/ENDO 2014) que se celebró en Chicago, del 21 al 24 de junio de 2014, los expertos propusieron la cirugía por vía transesfenoidal como el tratamiento de primera elección de la acromegalia.
preparación. Para los microadenomas, la tasa de remisión es del 81% sin preparación y del 64% con preparación con análogos. Para los macroadenomas, las tasas respectivas son del 63% y 60%. Por tanto, parece que la preparación con análogos no ha mejorado los resultados endocrinos, e incluso parece proporcionar resultados menos buenos para los microadenomas. En la actualidad, la preparación sólo tiene utilidad en caso de repercusión cardiorrespiratoria importante de la acromegalia, en cuyo caso se realiza una preparación durante 6 meses con análogos de la somatostatina para lograr un estatus cardiorrespiratorio más favorable a la intervención. Sin embargo, en la práctica clínica esta situación es infrecuente y la decisión se toma tras la consulta quirúrgica y anestésica.
afectan esencialmente a mujeres de 30-40 años con una hipersecreción de ACTH de origen alto, responsable de la enfermedad de Cushing.
Se deben evaluar varios elementos:
el riesgo de intubación difícil
el capital venoso,
la existencia de una hipertensión arterial y a veces de una insuficiencia coronaria,
las anomalías de la hemostasia (fragilidad capilar, hipercoagulabilidad con riesgo de trombosis que puede requerir la prevención de la enfermedad tromboembólica),
una repercusión metabólica con una intolerancia a los glúcidos e incluso una diabetes verdadera, una hipopotasemia y una retención hidrosódica.
Además, el hipercorticismo provoca una disminución de la inmunidad celular, lo que explica la importancia de la profilaxis antibiótica.
Enfermedad de Cushing + signos graves de hipercorticismo
antiglucocorticoide de síntesis (tratamiento frenador), mitotano (también denominado o,p’-DDD), que provoca una adrenalectomía química en ocasiones definitiva.
También se utilizan otros tratamientos frenadores, como la aminoglutetimida y el ketoconazol.
El riesgo de insuficiencia suprarrenal aguda justifica el uso de un tratamiento hormonal sustitutivo perioperatorio que asocie gluco y mineralcorticoides. El tratamiento sustitutivo se inicia en el preoperatorio inmediato, porque la resección de un adenoma secretor de ACTH provoca siempre una disminución súbita de la secreción de cortisol.
Si no se utiliza ningún tratamiento frenador, no se prescribe ningún tratamiento la víspera de la intervención a los pacientes con enfermedad de Cushing.
Los pacientes que tienen un craneofaringioma complicado con un panhipopituitarismo o una diabetes insípida deben seguir recibiendo un tratamiento sustitutivo hasta la intervención.
En todos los pacientes que presentan una enfermedad de Cushing y un craneofaringioma, se realiza una administración intramuscular de hemisuccinato de hidrocortisona con la premedicación, que se continúa en el postoperatorio. Un esquema terapéutico parecido está indicado en los portadores de otro tipo de adenoma (prolactina, GH); en este caso, una determinación de la cortisolemia, realizada el día 2 antes de la toma matinal de hidrocortisona (20 mg), permite definir si se continúa el tratamiento. Si la cortisolemia es normal (entre 70 y 250 g l−1 ), el paciente recibe 15-20 mg/día de hidrocortisonaporvíaoral(distribuidosendostomasporlaman ̃ana y a mediodía) hasta el control realizado al mes o antes si aparecen signos de insuficiencia corticótropa.
Un nuevo enfoque terapéutico consiste en determinar la cortisolemia postoperatoria cada 6 horas y en administrar tratamiento sustitutivo sólo a los pacientes que tienen síntomas de insuficiencia suprarrenal asociada a una cortisolemia baja (< 20 g l−1 ). Sin embargo, esta práctica requiere que el laboratorio sea capaz de proporcionar los resultados de cortisolemia en menos de 1 hora [26] .
La administración de un mineralcorticoide (desoxicortona), 5-10 mg (en función del peso) por vía intramuscular o de 9-alfa-fluorohidrocortisona por vía oral, a partir del cuarto día en dosis de 25-100gdía−1, es excepcional. Sólo es necesario en caso de insuficiencia suprarrenal periférica grave (adrenalectomía o tratamiento mediante antiglucocorticoides de síntesis).
Salvo en los pacientes con acromegalia [5, 6, 8] , el control de las vías aéreas no presenta particularidades y se deben seguir las recomendaciones publicadas por la conferencia de expertos de la Société Franc ̧aise d’Anesthésie et de Réanimation (SFAR) [27] . En los pacientes con acromegalia, coexisten los riesgos de ventilación con mascarilla facial y de intubación difíciles. La prevalencia de una ventilación con mascarilla facial es del 10,9%[4]. Esto concuerda con los datos de Langeron et al [28] , donde muchos pacientes con acromegalia presentan uno o varios signos predictivos descritosporestosautores:edadsuperiora55an ̃os,índice de masa corporal superior a 26 kg/m2 , edentulismo, ronquido, y presencia de barba.
En este caso, la colocación de una mascarilla laríngea Fastrach permite conservar la oxigenación; en el 90% de los casos, es necesaria una única inserción, y de dos en los demás casos [29] . El uso de una guía permite realizar la intubación en los casos difíciles [4, 5] . La mascarilla laríngea Fastrach también se puede utilizar para la intubación, pero se han observado tres fracasos en 23 casos [29] . Estos datos relativizan las indicaciones de una intubación facilitada por la fibroendoscopia en los pacientes con acromegalia, técnica que es difícil de realizar en estos pacientes, sobre todo porque debe efectuarse por vía oral[30].
La intubación es obligatoriamente orotraqueal, debido a la vía de acceso quirúrgico. El tubo se coloca en la
comisura labial izquierda. Se fija cuidadosamente para evitar cualquier extubación accidental. Se colocan uno o dos taponamientos, a modo de taponamiento faríngeo posterior con el fin de evitar la inhalación peroperatoria de sangre.
La disposición del material debe permitir el acceso al cuello, dado que puede ser necesaria una compresión yugular para verificar la calidad de la resección, en particular para ayudar al descenso peroperatorio de la expansión supraselar, o para verificar la ausencia de ruptura del diafragma selar.
El paso a la posición sentada suele acompan ̃arse de una disminución moderada de la presión arterial por disminución del retorno venoso . La hipotensión puede prevenirse mediante una reposición vascular y por la administración de un vasoconstrictor, como la efedrina, así como por una colocación progresiva con flexión de las caderas y, por tanto, de las rodillas para evitar un estiramiento de los nervios ciáticos. El tratamiento de una hipotensión arterial requiere una reposición vascular activa y la administración de efedrina o de un agonista 1 como la fenilefrina. Los pacientes que presentan una hipertrofia ventricular izquierda tienen una tolerancia limitada a las modificaciones de la volemia, lo que obliga a realizar un cambio de postura progresivo. Además, la efedrina es poco o nada eficaz en este caso.
Por vía endoscópica, la posición semisentada es menos pronunciada. Por tanto, las repercusiones hemodinámicas son menos importantes. Esta vía de acceso es también menos dolorosa y, sobre todo, no se produce un episodio agudo hipertensivo durante la incisión quirúrgica, como podía observarse con la incisión sublabial.
La infiltración de la mucosa realizada mediante una solución de suero fisiológico con adrenalina provoca con frecuencia un breve período de taquicardia y de hipertensión arterial, en ocasiones con una hiperexcitabilidad ventricular. Estas modificaciones son transitorias y no suelen requerir ningún tratamiento. Un episodio prolongado o que se produzca en un paciente con riesgo de isquemia miocárdica puede obligar a administrar esmolol.
La vigilancia postoperatoria se realiza en la sala de vigilancia posquirúrgica (SVPQ) o en el servicio de reanimación durante las primeras 24 horas de postoperatorio, y después en una planta de hospitalización. Aparte de la vigilancia estándar, se dirige a dos elementos específicos: el estado neurológico (sobre todo con la detección sistemática precoz de un trastorno visual o de un trastorno de la consciencia) y a la detección precoz de una diabetes insípida.
La hoja de vigilancia debe cumplimentarse con gran meticulosidad. Además de los elementos habituales (presión arterial, frecuencia cardíaca, temperatura, etc.), consta del volumen y la densidad de la orina medidos en cada micción, la magnitud de la glucosuria (0 a +++), el volumen de las compensaciones hídricas intravenosas u orales, así como las cantidades y los horarios de inyección del tratamiento hormonal sustitutivo. Esta vigilancia se realiza cada 3 horas. El balance hídrico se calcula cada 3 horas con un resumen acumulado cada 24 horas. La necesidad de un sondeo vesical es excepcional. Se realiza un ionograma sanguíneo el día siguiente a la intervención o antes si se produce una poliuria que haga sospechar una diabetes insípida. Las determinaciones de la osmolalidad plasmática y urinaria son útiles siempre que el diagnóstico sea difícil.
El dolor postoperatorio suele ser escaso. El paracetamol solo o asociado a la codeína suele bastar en la mayoría de los casos, en ocasiones después del ajuste de la dosis intravenosa de morfina cuando el paciente llega a la SVPQ. La morfina por vía subcutánea u oral (sulfato de morfina 10 mg, 4-6 veces al día), es necesaria en ocasiones durante las primeras 24horas. Las mechas endonasales (técnica microscópica) se retiran el 2.◦ día de postoperatorio. Su retirada puede ser dolorosa y requerir que se anticipe la analgesia. La técnica endoscópica no requiere dejar sistemáticamente las mechas colocadas. En ocasiones, se deja una mecha (muy anterior) colocada en la narina derecha. El paciente suele ser dado de alta del servicio de neurocirugía el día 3 si no hay complicaciones.
Los tratamientos hormonales relacionados con la patología endocrina se reanudan en el postoperatorio (Cuadro 3).
Tratamiento hormonal sustitutivo.
DesmopresinaVasopresina La desmopresina, o 1-desamino-8-D vasopresina (DDAVP), es el tratamiento de elección, con una duración de acción prolongada de 12-18 horas que permite 1-2 tomas al día. Esta forma dextrógira posee además efectos vasopresores menores que los de la forma levógira. Existen varias vías de administración: vía intravenosa directa o en ocasiones subcutánea (ampollas de 4 g ml−1 ) y la vía sublingual (liofilizado oral en dosis de 60 g). La forma nasal en aerosol (solución endonasal en dosis de 0,1 mg ml−1 , es decir, 10g por pulverización) no se puede utilizar en el postoperatorio inmediato, debido a la presencia ocasional de un mechado nasal.
La dosis mínima eficaz inicial suele ser de 2 g por vía intravenosa o subcutánea, dos veces al día. Las posologías se pueden adaptar a continuación a la diuresis y a la densidad urinaria, pues las necesidades son variables entre los distintos pacientes. Se pasa a la vía sublingual cuandoelpacienteescapazdebeberysinoexistennáuseas ni vómitos. La dosis inicial por vía sublingual es de 120 g (es decir, dos liofilizados de 60 g) dos veces al día, con una posología máxima de 240 g dos veces al día. El tratamiento se administra durante 3,5 días (es decir, siete tomas en total), tras lo que se verifica si la diabetes insípida persiste o no.
El ionograma sanguíneo se determina sistemáticamente el día 1 de postoperatorio, tras lo que se analiza la natremia a las 10horas de la inyección de desmopresina. El liofilizado oral de desmopresina se administra (o la desmopresina i.v. se reinyecta) cada 12 horas, salvo si la natremia es inferior o igual a 135 mmol l−1 .
Equilibrio hídrico. Las pérdidas urinarias deben compensarse con aportes hídricos equivalentes. Si el paciente está consciente, puede expresar su sed y equilibrar sus pérdidas hídricas bebiendo. Sin embargo, hay que estar atento a una polidipsia favorecida por la sequedad de las mucosas (obstrucción de las vías nasales y respiración bucal) y controlar el volumen de lo que se bebe, así como la idoneidad de la sed mediante la determinación de la natremia. En la práctica, durante las primeras 48 horas de postoperatorio, el paciente se mantiene con una restricción hídrica moderada, es decir, se permite beber 200 ml de agua cada 3 horas.
Cuando el paciente no tiene la sensación de sed o no puede expresarla, se debe medir la osmolalidad o la natremia de forma reiterada y ajustar al máximo los aportes. Una recogida inadecuada de la orina o un error en la medición de los aportes pueden producir un desequilibrio hídrico, sobre todo cuando la diabetes insípida evoluciona de forma trifásica.
Un déficit de agua se debe a una poliuria abundante compensada insuficientemente por las perfusiones o la ingesta de líquidos. La natremia se eleva por
de 145 mmol l−1 y la 300 mOsm kg−1 H2 O. El calcula con la fórmula: déficit
osmolalidad sube a déficit de agua se hídrico = ([140 – Na
corregido]/140) × 0,6 × peso. La compensación oral o intravenosa debe ser progresiva. Por lo general, la mitad del déficit de agua se corrige en 24 horas por la absorción oral de agua pura o por la perfusión de un soluto hipotónico y desprovisto de sodio (glucosa al 2,5%, por ejemplo) si la vía enteral no se puede utilizar. El resto del déficit se corrige en 48 horas para evitar la aparición de un edema cerebral.
La retención hídrica es patológica si la natremia es menor de 130 mmol l−1 y la osmolalidad inferior a 270 mOsm kg−1 H2 O. Esta situación es frecuente, bien porque el paciente bebe de forma profusa, o bien porque se trata de un aporte inadecuado mientras que la diabetes insípida cesa o da paso a una fase de antidiuresis. Es
obligatorio instaurar una restricción hídrica con compensación retardada de cada tramo de 3 horas para lograr la normalización en 24horas. Hay que esperar a la negativización del balance hídrico y la aparición de una hipernatremia moderada para reanudar un tratamiento hormonal sustitutivo (desmopresina oral) a condición de que la orina sea abundante y diluida. La corrección de estos desequilibrios hídricos debe realizarse lentamente en 12-24 horas para evitar las variaciones importantes de la natremia.