La Constitución de 1886 rigió Colombia desde finales del siglo XIX hasta 1991. Estableció un Estado unitario que abolía el federalismo y consideraba a la iglesia católica como religión oficial. Tuvo varias reformas en años posteriores. La Constitución de 1991 buscó descentralizar el poder y fortalecer la democracia. Si bien esto descentralizó el gasto público, también llevó a problemas de dependencia fiscal de regiones y corrupción en algunas de ellas.