La criminología positivista surgió en Italia a mediados del siglo XIX en respuesta a lo que se consideró un enfoque excesivamente dogmático de la escuela clásica. Se centró en el estudio antropológico y psiquiátrico del delincuente más que en el delito, y prestó más atención a la sociedad que al individuo. Lombroso estableció que los delincuentes graves tienen diferencias físicas como protuberancias en la frente y pómulos salientes, y argumentó que el criminal nace con estas difer