Este documento resume tres escuelas criminológicas: la Escuela Clásica (siglos XVII-XVIII) que veía el delito como un ente jurídico y no de hecho, y promovió los derechos individuales; la Escuela Positivista (siglo XIX) que estudió el delito como un fenómeno natural y promovió la defensa social; y la Escuela Sociológica (1860) que vio el delito como un fenómeno social influenciado por factores externos como la inmigración y la industrialización.