1) El documento describe la crisis del Imperio Romano y los cambios en la estructura social que ocurrieron como resultado. La crisis fue total y afectó a todos los niveles de la sociedad.
2) Los estratos sociales superiores como los senadores experimentaron conflictos y pérdida de poder e influencia. Los caballeros ascendieron y se convirtieron en un grupo social y políticamente más activo.
3) Los estratos inferiores desarrollaron una estructura más unitaria a medida que las distinciones entre libres y no libres perd
Arte Griego II. El templo y los edificios de las polis.Alfredo García
Segunda parte del tema Arte griego, en concreto de la arquitectura. Se analiza el templo en sus elementos constitutivos y la historia de los mismos a través de sus santuarios. Bellas y realistas reconstrucciones. También se analizan algunos edificios y espacios de las polis.
Muestra las características de la arquitectura e ingeniería romana, el desarrollo del arco romano, la bóveda y las principales edificaciones a través de imágenes, planos y cortes esquemáticos.
Arte Griego II. El templo y los edificios de las polis.Alfredo García
Segunda parte del tema Arte griego, en concreto de la arquitectura. Se analiza el templo en sus elementos constitutivos y la historia de los mismos a través de sus santuarios. Bellas y realistas reconstrucciones. También se analizan algunos edificios y espacios de las polis.
Muestra las características de la arquitectura e ingeniería romana, el desarrollo del arco romano, la bóveda y las principales edificaciones a través de imágenes, planos y cortes esquemáticos.
Introducción
Ubicación geográfica de roma
Origen de roma (leyenda)
Periodos históricos
Fundación de roma
La monarquía
República
Imperio romano
Organización social
Sociedad, religión, arte y ciencia
Arquitectura de la antigua roma
Tipologías arquitectónicas romana
Arquitectura religiosa
Arquitectura civil
Arquitectura conmemorativa
Arquitectura funeraria
Las obras publicas de ingeniería
Arquitectura doméstica
Elementos constructivos
Ordenes
La bóveda
El arco
Las plantas
Los muros
Columnas
Contrafuertes
Cornizas
Sistemas constructivos
Materiales de construcción
Monumentos representativos del imperio romano
1. HISTORIA SOCIAL DE ROMA
LA CRISIS DEL IMPERIO ROMANO
Y EL CAMBIO DE ESTRUCTURA SOCIAL
Capitulo 6.
La crisis del Imperium Romanum y la sociedad romana
Cuando Elio Arístides pronunció en el año 143 su Discurso a Roma, estaba convencido
de que el Imperium Romanum había alcanzado en su época la más alta cota de
perfección: nadie pensaba ya en la guerra (70), el orbe celebraba, por decirlo así, una
fiesta continua, y las ciudades rivalizaban en esplendor y belleza (97 s.). La crisis fue
total. Igual de catastrófica era la situación política interna. También la vida económica
del imperio entró en una grave crisis. Las consecuencias de las guerras permanentes y
de la crisis económica fueron desoladoras para la población. Eala estructura de la
sociedad se operaron enormes cambios. Este último proceso, al igual que el de la
expansión del colonato en muchas regiones del territorio romano, señalaba ya mucho
antes del abierto estallido de la crisis en el imperio un cambio de estructura en las capas
sociales inferiores.
Alteraciones en los estratos superiores
Ni una sola capa de la sociedad romana quedó sin ser afectada por el gran cambio en
tiempos de la crisis, y tampoco el orden senatorial, cuyos miembros constituían en el
siglo III, y aún después, al igual que durante el Alto Imperio, el grupo más rico y
prestigioso de la sociedad. También la fortuna y el gran prestigio social de los senadores
se mantuvieron incólumes. Entre este emperador y la élite del orden senatorial surgieron
una y otra vez conflictos políticos que costaron la vida a numerosos senadores del
núcleo dirigente. Ya en época de Marco Aurelio las guerras habían mostrado que las
nuevas y difíciles tareas impuestas por la defensa del imperio difícilmente podían ser
cumplidas por generales senatoriales de la vieja escuela. 33,34); tampoco era la reforma
una medida antisenatorial, ya que la mayoría de los senadores había dejado de
ambicionar ya desde hacía tiempo un servicio militar lleno de sacrificios. El siglo III fue
la gran época del orden ecuestre: puesto que la mayor parte de la oficialidad, aunque
también la generalidad del funcionario imperial, pertenecían al ordo equester, los
caballeros venían a constituir la capa superior más activa, tanto militar como política-
mente, y el sostén más firme del estado. Debido al ascenso de tantos soldados de baja
extracción hasta el estamento ecuestre se produjo en su seno una sensible
reestratificación social, tanto más apreciable cuanto que el nivel educativo de estos
antiguos soldados rasos de las provincias era a menudo bajo; Maximino Trax, por poner
un ejemplo, pasaba por ser un «medio bárbaro» primitivo. Sin embargo, más aún que en
el Alto Imperio, el tipo de decurión más extendido era el del hacendado con propiedades
en el territorio de las ciudades, caso de los possessores en torno a Aquincum (ILS
7127). Los latifundistas senatoriales y los grupos rectores del elemento ecuestre
gozaban de amplios privilegios económicos y por razones políticas fueron tratados con
bastante tacto por los emperadores; la población inferior de las ciudades y del campo
era tan pobre que poco podía sacarse de ella. Así pues, era el orden decurional de las
ciudades la capa social cuya capacidad financiera resultaba de capital importancia para
los crecientes gastos del estado romano. A las disposiciones tomadas bajo ese
2. emperador y sus inmediatos sucesores se retrotraía en gran parte todo lo que el derecho
romano prescribía sobre las cargas (munera) de los decuriones municipales y de los
titulares de las magistraturas (honores) en el Bajo Imperio (Dig. El tipo social
encarnado por un Trimalción sería impensable en las condiciones económicas de la gran
crisis. Bajo Cómodo y los Severos el poderío de este estrato era todavía ciertamente
considerable, incluso mucho mayor que con la serie de emperadores que van de Trajano
a Marco Aurelio, ya que soberanos de gobierno tan autoritario como Cómodo, Septimio
Severo o Caracalla no pudieron prescindir en sus conflictos políticos con la élite del
imperio de su leal personal doméstico. Pero la evolución política subsiguiente del
imperio abocó a la destrucción del poder de la familia Caesaris. A todas estas
alteraciones en los escalones más elevados de la pirámide social se sumó además el
cambio operado en la posición social del militar191. No fueron solamente los oficiales y
jefes del ejército distinguidos y de rango ecuestre los que en el siglo III gozaron de una
posición social encumbrada; también los soldados por debajo del rango de centurión
constituían un grupo social bastante unitario, con influencia política, prestigio,
privilegios y una situación económica relativamente favorecida. Pero esta capa social
que así se configuraba comprendía asimismo grupos de población más amplios. El
poder del estado era omnipresente
.
Alteraciones en los estratos inferiores
El poder del estado era omnipresente. Esta nivelación de las posiciones sociales en el
seno de las capas inferiores trajo consigo importantes consecuencias. El ser o no ser
libre personalmente según los viejos criterios no contaban ya como factor decisivo de
dependencia social.
El cambio de estructura
Las alteraciones en la composición y en la situación tanto de los estratos altos como
bajos de la población tuvieron consecuencias muy significativas para la estructura en su
conjunto de la sociedad romana, Al ser total la crisis del siglo III, tuvo en el entramado
social del Imperium Romanum una repercusión decisivamente más honda que, pon-
gamos por caso, la crisis de la república romana. El orden social tradicional se
desintegró y un nuevo orden fue conformándose paulatinamente; el cambio, como era
de esperar en la evolución social de una época de crisis, estuvo lleno de contradicciones.
Poder, riqueza, prestigio y adscripción a un orden rector ya no iban tan íntimamente
unidos como en tiempos del Alto Imperio. Sintomáticamente, la mayoría de los
emperadores procedían de la periferia del territorio romano. Macrino era de Mauritania;
Heliogábalo y Severo Alejandro venían de Siria; los Gordianos, de Capadocia; Filipo,
de Arabia. Con todo, era de los países del Danubio, cuyas ciudades militares constituían
los grupos de ejército más potentes y prestigiosos, de donde provenía la mayor parte de
los emperadores-soldados, caso de Maximino, Decio, Claudio II, Aureliano, Probo, así
como Diocleciano, Maximiano y los cesares impuestos por ellos, Constancio y Galerio.
En el nuevo orden social la división de los estratos superiores carecía de homogeneidad
y presentaba rasgos contradictorios. La disolución del orden social romano tradicional
se produjo de suerte y manera contradictorias: la alta sociedad se desintegró en capas
muy diversamente estructuradas, mientras que los estratos inferiores desarrollaron una
1
3. estructura cada vez más unitaria. El estamento senatorial no se resignó en absoluto a su
pérdida de poder en los primeros decenios después de Marco Aurelio, si bien era
demasiado débil para enfrentarse abiertamente. Aún mayor tuvo que ser el descontento
entre muchos decuriones por el nuevo estado de cosas, que les obligaba, contrariamente
al orden senatorial, a fuertes sacrificios financieros. Dicho con toda claridad, los
decuriones de una ciudad nada podían hacer contra el aparato militar y funcionarial del
estado. Todavía peor era muchas veces la situación de las capas de población en el agro,
puesto que aquí la protección que éstas podían hallar frente a la opresión y la violencia
era escasísima. Ya con Marco Aurelio se produjo en Egipto una revuelta de pastores
(boukoloi); bajo Cómodo, Roma tuvo que sostener una seria guerra contra las masas de
prófugos del ejército y de campesinos sublevados (bellum desertorum). Pero la gran
masa de la población podía sacar un menor partido que en el Alto Imperio a las
expectativas de ascenso social. El nacimiento de nuevas fortunas apenas resultaba
posible en el caso de estas capas de la población, pues la riqueza adquirida había de ser
entregada en seguida al estado en forma de impuestos. El estado romano hubo de
reaccionar ante este desarrollo. La superación de la crisis política interior y exterior, con
los grandes emperadores-soldados del último tercio de la centuria, no fue debida a
ningún movimiento de masas, sino al creciente despotismo de un aparato militar y
burocrático. Por el momento, además, el futuro de la sociedad romana sólo era
concebible en un marco político como éste.