La expansión de Roma trajo problemas sociales y económicos como la concentración de tierras en grandes latifundios trabajados por esclavos. Esto generó tensiones entre la aristocracia y los plebeyos, que culminaron en una guerra civil. Julio César estableció un triunvirato para enfrentar al Senado, pero después concentró todo el poder. Su asesinato llevó a la creación de un segundo triunvirato del que emergió vencedor Octavio, quien estableció el Principado como forma de gobierno