El documento discute si el Día de Muertos es una tradición o maldición. Explica que originalmente era una celebración prehispánica dedicada a los niños y difuntos, pero que ahora algunos cristianos se oponen debido a que la Biblia prohíbe adorar a otros dioses y porque proviene de prácticas de brujería. El autor concluye que no hay beneficios en esta celebración y que no debería enseñarse a las nuevas generaciones.