El documento describe el clero regular y secular en la Nueva España. El clero regular incluía a los religiosos que pertenecían a órdenes como los franciscanos, dominicos y agustinos, mientras que el clero secular no pertenecía a órdenes religiosas. El documento también discute el poder económico e influencia de la iglesia en la Nueva España, así como aspectos del derecho penal y privado durante ese periodo.