El documento describe cómo el ritmo musical puede influir en el estado de ánimo y cómo las canciones con ritmos diferentes facilitan la relajación o la agitación. Explica que las canciones infantiles tienen ritmos suaves que permiten que los niños se muevan sin darse cuenta y desarrollen su coordinación motriz. Además, señala que la educación rítmica debe comenzar con el cuerpo y que la capacidad de expresar ritmos depende del desarrollo motriz.