La tecnología educativa se basa en una serie de saberes disciplinarios como la ciencia, la investigación científica, la pedagogía y la tecnología. Ayuda a transformar los ambientes de aprendizaje y a enfrentar los retos de la sociedad mediante el desarrollo de competencias. Tiene como función mejorar los conocimientos de los estudiantes y aplicar principios científicos a los programas educativos para contribuir a un mejor profesionalismo y formación de la personalidad.