El documento argumenta que el modelo centralista de Estado colombiano es autoritario e ineficiente, y no permite la participación política en condiciones de libertad que se necesita para resolver los problemas del post-conflicto. Propone que se debe reformar hacia un modelo de autonomía regional que garantice la libertad política de las regiones para autogobernarse. Esto permitiría que las regiones exploren su potencial económico y que ciudadanos de todas partes del país participen en igualdad en el gobierno.