El documento contrasta los enfoques tradicional y moderno de la enseñanza-aprendizaje de lenguas. En el enfoque tradicional, el docente dirige el proceso de aprendizaje mientras que los estudiantes se enfocan en la memorización y corrección. En el enfoque moderno, el docente facilita el aprendizaje y los estudiantes son responsables de su propia formación a través de actividades comunicativas que usan la lengua de forma útil.