Keynes propuso que la demanda agregada (consumo privado, inversión, gasto público y exportaciones) es la variable clave que impulsa la actividad económica. Sugirió que los gobiernos pueden combatir el desempleo estimulando la demanda a través de medidas como reducir impuestos e intereses y aumentar el gasto público, mientras que la inflación puede controlarse reduciendo la demanda. Su teoría funcionó bien hasta la crisis del petróleo de 1973 pero resurgió como una solución a la deflación y desempleo durante