El documento habla sobre la expansión de la educación en Logroño en 2010, pasando de una cultura del silencio a una cultura de preguntas y rompiendo los muros de las escuelas para que el aprendizaje pueda darse en cualquier lugar. Propone ser un mediador entre la educación formal e informal, permitiendo la participación democrática y orientando la educación en diferentes ámbitos a través de nuevas tecnologías y formas de comunicación.