3. Para los egipcio!, la nluc¡tc cra früdamerl-
tahre¡te le seFJación de l¿s cnlco partes eser
cialcs dc que confaba el indiliduo. Tres de
ellas estaban directamenre L ncllad as .on la
condición material del ser hu]nuro: cl cuerpo
(kirer). la loinbra (shu, y el nombre (rm). rras
cl fallccrmicnto, el cuerpo se trataba para que
resrstien el paso del dar1po. lero el individuo
ro rlauente eraun cue¡po, slno quc es¡ab¿
!inculado a componen¡es espidtules más
complejos. Indrso.rable de él dLuante toda su
enstencia era ]a sombra, una imagen e neg¿
tir o que en oc¿§iones reernplazaba a1 diñurto.
En cuanto ál nornbre, qre se a¡ribuía ¡ cada
persona a1 nacer, era urdispemable para ser
reconocrdo y recordado. Uno de los peores
casligos que se podia irfligh a ll]) cgipcro era
atentar conoa su nolnbre, destui oaIídorde
cstu,iera esoito, ya que tnía eD rur ohi do que
era con1o la Popi¿ muelte.
Las pa es ilmarcriales del hombre residíal
er dos enddades. Una eI¿ el ko, la pa]le allinica,
ulla porcrón irfinitesürul de 1a energia urnver
sal cósrmca que se deposit¿ba en el ser rcci¿n
lacido y que no ]e aluadonaba h¿sra su muate.
EI k0 era el pr lcipio vital por ercelencia: todos
Ios seres vi.os tenían el mismo k0, que se rcprc
sartaba con dos br¿zos dnigidos hacia ardb¿.
Este co¡¡ponefle esmdal siempe acompanaba
Eltráfsiioa
N/ásA lá exigía
a preservación
de cLrerpode
d funtopara que
pLtd eraf teuf rse
de ¡uevolas
partes mater a es
yespiritua es
queforraaban
lapersona
5. E mito de Osirisy
cieftosfenómenos
naturalescomo
asucesióndela
nocheyeldiay la
inundaciónanua
de N loalimentaron
las deas de losegip-
ciossobre a muerte
ye renaclrn ento
a la persona, pero en el momento de produ
clrse el óbito, e1 lm se separaba de1 cterpo, por
1o que ef,a imEeschdible volverlos a lelmir.
Como sustitución del cua?o muerto, y e.'1prr-
visión de que éste no perdüara por fallos er1
la momiffcación, las estaruas actuaban como
nuevos soportes del ko o, Io qre es lo mismo,
como «dobles,) de la momia. I1 lm del diliurto
necesiraba álimenta$e I»ra sobevivir, 1o que
eadica hs Iepresertaciones del muerlo se,'rtado
ante ruu mesa de ofiardas alimaticias.
I¿ segulda palte espirinral del individuo era
el I{, eI conjunto de peculiaddades í¡timas de
la persona; o, utilüa]rdo rm lémino ac¡ral, su
penonatidad. fl bo (¡ulabn +le los griegx, rn-
te la imposibüdad de traducirla, equipararon
a 1a psique) es ñás diñáI11ico que el l{o y sale ¿
menudo de la tumba para establecer contacro
con el mmdo de los üvos. Se lo representaba
en lcma de ave con la cabeza del difiüto.
Así pues, la conseñación del cuerpo, preser
vado medi¿te la momificación, era condición
imp$cindible lar¡ asplrar al x4is Allá; col1 e]lo
se aseguraba la perdunción de Ia idartidad del
difimto, de su irnager rerre,.ral, y 1¿ rermión de
los componartes dispcrsos de su cuerpo.
OSIRIS, LA PRIMERA MOMIA
lr)s cgipcios rccüaieron a los mitos para jus
tllicar algruras de sus práciicas dtuales, como
sucedía eü el cáso de la momifi(áción. lsta, que
constiruía el pimer pa-v) para alca¡zar Ia et r
ddad, se susteÍatla e,'l el mito de ósfis, e] dio6
que rnuere altes de volver a ]a vida. Osris tue
asesirudo por su he¡nano Set, que descua$zó
su cuerpo y dispe$ó sus ftagmenros por ro
do Egipto. Su helmarla y esposa a]nantísha,
Isis, recuperó los flagmentos, a¡rdada por su
hen¡¿ra Nef!¡ y por Anubis.
Iús rcconstruyó el cadáver para $]3nozar a
su esposo un soporte mat€rial identico a su nna
gen uv¿. Sólo el mie..nbrc viúI de Osjns habia
desaparecido. Pero Isis, l¿ Íraga, resdruyó Ia vi
rüdad a su espc¡o. Tomó la fbrma de Lm píluo
(m milaro) y se colocó sobre el cuerpo inerte
del dios para reanimarlo y nsí ser fecrmdada; de
esla maner¿ concibjó a Horus, su hjjo y her{le
ro- Osins tue, por úÍo, la pdmera momia; l(»
difiurtos, equiparad,rs a é1, podían acceder a la
üda etei:na al ser momi6(ados como el dios.
lá noción de rcnacimiento no solo te¡ía que
ver con el mito osiiaco, si¡o que estaba ínti
mamente vinmlada con los cidos pedódicos
de 1a nanualeza, ar los que la rcligión eglpcia
tr'atab¿ de jntegrar al hombre. Re, el dios sol,
nacia c¡da día er oriente, y tras recor'rer la
bóveda celeste du¡ante l¿s docc horas diumas
moría por occidente, para at'avesar el infr¿-
mundo. Éste era rn lugar peligroso, donde
acedDban los enemigos del sol. Duraüte este
daje a lo largo de hs doce horx noctrlInas, Re,
asimilado a Osiris, estaba acompanado por las
alnas de los difrmtos y veffía a sus a&Esarios
para rcnacer en un nuevo dia (üo por ¿zar las
neoópolis se ubicabar en los desiefos occi
dartales, ¿lli dotde el sol muere cada día) .
De Ia misma manera, la crecid¿ anual del
Nilo, que depositaba su limo nuúicio sobre
las tienas áridas, pernitía el milago de la co-
secha abüdaflte. Esta conti¡uidad de luz y os
curidad, de aridez y féItilidad que los egipcios
constatahn en $r 1,ida coridiana se ider1tifrcó
con la idea de muefe y rcnaci1niento.
Perc para ser asimilado a Osids y rcnacer co
mo é1, el difmto debia demost-¿r que su viü y
sus acciones habím estado el1 consonancia con
Ia moot, noción que se idartilila con la justicia,
9. la verdad y el orden cósmico- Con tal fln, era
juzgado ponm eibunal formado por 42 jueces
y presidido por Osirjs. En el tra¡scurso de ese
iücio tenía Iugar el pesado de laa alm:s (psicos-
tásia) , uru esce¡a qre fue replese,.ltada i¡ffni-
dad de veces ar los te¡tos relativos a la vi¿la de
ultatulnba por los artistas egipcios. En el cmtro
de la misma vemos al dios Anübis con rüla ba-
lanza. En uno de 1os platos se ha depoitado e]
corazón del difunto, la maniftstación matedal
de su inteliSerrcia y sentimimtos, y er el oEo,
una pluma de avestruz que represarta a la dirxa
Iraat. fl dios Tot, inva.ltol de la esüitura, pre
senia el rcsultado ¿1 diliúo y lo rcglstr¿.
EI fallecido, m este momento, recita la lla
mada «confesión negariva», una relación de
todas las rulas acciones que no ha cometidoi
«Yo no he hecho daño a los hombrcs. No he
opdmido ¿ mi púin1o- No he menrido. No
he tr¿icionado. No he sido mahado... No he
provocado lágdmas. No he asesinado ni he
mandado matar a .Iaición...». Si el corazón
pesa mrás que la pluma, la smtenoa es advena
y el terible monstruo híbddo A¡mit -con
cabeza de coco¿lrilo y cuerpo de dos animales:
Ieón er su mitad delantexá e hipopótamo m su
parte traser¿ deyonrá el corazón del diftnto,
que morirá para siernple. Si, por el coni'ario,
el mrazón y la pluma son igual de ligeros, el
üfrrnto esjusti6cado: sele consider¿ «justo de
voz» (puro de alm) y gozarii de Ia eiemidad
m rur verdadero paraíso: los campos de Ialu,
un lugar semejante al pars del Nilo donde los
iboles esdn siempe colmados de liutos, las
caudalosas agas del ío están repletas de peces
y los campos siernpre están en flor.
LA MOMIFICACIóN
Tras la deflnción, se procedra a un m€riculo-
so ritual de momiñcación del cadáver, que se
prolongaba durante setelta dias y constab¿ de
drx ñses biar dife¡enciadas: la preparación del
cuerpo y su posterior venüje- Su desarollo
era ur1 secxeto que no debía profararse, y fue
ron dos aúores griegos, Heródoto y Dodoro
de Sicü¿, quienes nos han transmitido lo que
sabernos sobrc las !écnicas de momiffcación.
Todas las oper¿ciones eshban supenis¿das por
el emlulsamador divi¡o, Anubis, represent¿do
por el sacerdote Superior de los Misterios.
In realidad habia t¡es clases de emLalsama
miento, ya que no todos los egipcios podían
costear ur proceso de momificación tan ela-
borado como és¡e. Sólo los ricos preparaban
su cuerpo con tanto esmero. lr)s m᧠pobres
renían qre contelrúrse con uru ümpieza abr¿
sia de las entrailas y rm baño de natrón, rma sal
natural ernpleada par¿ sec¿r el cuerpo. El pr(xe-
dimimro medio consisaia en inyectar aceite de
cedro en el abdomal miatas se deshid¡ataba
el cuerpo con nat'ón. Al retirar el aceite, éste
arasúaba consigo los órganos i¡tenos des
compuestosi iuego se vendaba el cadáver-
Con independencia de los procedimiartos
de emlÉlsarnarrrierlto, la momia debía prote
ger§e prevmril"tr¡mte con fomulas mágicas
y amr.iletos (ya fuesen objeros reales o repre
se ados como irnagéneE que gar¿ntiz"sen la
coffervaci& mágica del cuel?o.
LOS FUNERALES
fl muerto er¿ sasl¿dado del olle¡ de los embal-
samadores a su ¡umba en el narscurso de una
procesión solem¡e, de la que se han conser
vado mutiples rcpesentacioms. El cad.íver es
i¡stalado sobre un trineo, a veces en lorma de
barca, bajo 1m dosel de vivos colores. EL coÍejo
funebrc inicla Ia marcha lentamente hacia la
necrópolis. Uira parela de bueyes mrsporra el
catafilco lunto con Ia capil¿ que conriene los
'!?sos canopes con las üsceras de1 difrmto y el
eiigmático klmm. Un sacerdote abre la marcha,
ofrecierdo libaciorcs e inciarso.
l€ sigue,'lla familia, los arnigos, lr,s plañidens
y ol]os sacerdotes que acomtrȖar al fallecido
en el viaie hacia su morada de etemidad, como
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Segúnfuera la
dispon bllldad
econÓm cadela
famllla deldifunto,
ésta podiaescoger
una de as tres
moda idadesdife
rentes de momr-
ficación, con un
cost-^ d stinto
10.
11.
12.
13. Para que elfallecido
pudleravolvera a
vidaera necesario
despeftarde nuevo
sussenudosen
aceremonlade
apertura de la boca,
que realzaba su
hljoo heredero
llaman los egipcios a la tumba. Transponan
et aluar flmeaio y los objetos personales que el
diÁuno necesitará ell srl nueva vida: muebles,
estidos, loyas, annas, usltbt¡ (hs eslatuilas que
seE rsfomaban m servidores en el Más AlLi)
y ramos de llores, simbolo del renacimiento,
ada'nás de comida y bebida para alimetrltar el kd
del falleddo. la cor¡itiva se detiare en capillas
y templos, ante 1os que se hacen sacrificios y se
recitul letanías y or¿ciorcs. Dos figmntes, co
leadrx a ambos lados del catafalco. rememonn
el dolorde hisyNe is llorando a su hermano
Osfis, pues el objetivo que persigue la momifi-
cación no es otro que equipañr al difilnto cor el
dios de los mueros y compamr su destino.
ABRIR LOS SENTIDOS
Al llegar a la rumba se procede al rhul de la
apemra de Ia boca, que pre§de y dtige el he
redero del diñmto, m lo que mrlstituye u¡ acto
flnal de piedad que toma l¿ forma de drama
representado. EI heredero, que oficia como
sacerdote ssn, ataviado con rma piel de ñlino,
purlÉca el cad.lver y procede a un d¡ül que tie
ne como fin devolver la üda y los ser]tidos a la
monÍa, sopofe del Io, la esercia vital. Durante
el Lnperio Nuevo, ]a c€Iernonia se rcaliza e11rul
lugar póximo a la tumba, donde se coloca el
sarcóágo erguido sobre ülr monól de a¡ena,
evocaclón de la colna-turrrba de Osids, con ]a
,:ara dirigida hada el sur. Frente a e] se halla¡ la
mesa con el inso ummtal ne.Esario Paia practr-
car el rito y las mesas de oftardas con la mmida
lunerada que se consurnirá eÍ et acto 6nal.
la cere.'noNa reqriexe una pepar¿ción muy
compleja, qre induye Füi6caciorEs, apücacio-
nes de un8üentos, el uso de incienso, Ia pro-
nunciación de conluros... EI protagonista del
drama es, por supuesto, ia momia del müerto,
perc en ciertas épocas también lo es $r esta
tua. Mientras pronrmcia oracioncs y palabras
mágicás, el sacerdote sffn toca con ura ¿zada
(inshrmento típico de tos esoltores) la boca,
los ojos, l¿ nariz y las orejas de la momia. Así,
el difimto podrá recobür 106 seütidos, conlem-
plar el mundo de los vivos y, Io que es más
imponante, rccibir las olrendas alnnenticias,
de manera que no volverá a moü y podrá vivir
millol1es de años, es decir, etemamente- EI sa-
cerdote lector (lf,y¡¿b) es quim marca el dtmo
de los djferentes actos; m los papircs sagndos
que lee esií pautada toda la ftpreselltación, con
]¿s oraciones y plegarias que se debe¡ recitrr a'l
ca¿la momento. otro sac€rdote, el imy ¡, se ocu-
pa de f¿cütar et ifftrurnental ¿ los offciantes.
II coro de plaiideras, con las representan-
tes de Isis y Neftis, acompaña la cercmonia
con sus cánticos y llantos. Durante el Iitual
se ofrece Ia pata deJantera derech¿ de un toro
saqilicado como pdmer allmento para el ko
del muer'to rcnacrdo, en un intento mágico
de t arsmitde la arergía y la potencia de este
¡nimal. Conduida la ceremonia. el ¿Lifiúto se
ú i¡úoducido en su hrmba, rodeado de todos
aquellos objelos que asegxratán su ¿..isterlcia
de mülones de años: su vida etema más allá del
tiempo que le fue dado en la rier¿. t
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