2. ExEquiaE
El funeral comenzaba en casa del difunto. La familia acompañaba al moribundo a su lecho, para darle el
último beso y retener así el alma que se escapaba por su boca.
Tras el fallecimiento, se le cerraban los ojos y se le llamaba tres veces por su nombre (conclamatio) para
comprobar que realmente había muerto. Después se le colocaba una moneda debajo de la lengua para
pagar a Caronte el último viaje por la laguna Estigia hasta el reino de los muertos.
3. ExEquiaE
Finalmente el cuerpo del difunto se colocaba sobre una litera con los pies hacia la puerta de entrada,
rodeado de flores, símbolo de la fragilidad de la vida y se quemaban perfumes.
La gente pobre se sepultaba el mismo día, la gente importante podía estar expuesta más días. Hasta 7 días,
en el caso de los emperadores.
4. PomPa funEbRis
El transporte a la pira funeraria o a la tumba, se hacía con un cortejo fúnebre (pompa), en el que iban los
esclavos tocando flautas, trompas y trompetas, portadores de antorchas, plañideras profesionales,
bailarines y mimos.
Si era una familia patricia y el difunto ostentaba un cargo político, se rezaba una oración pública en el foro,
a esta ceremonia se le llamaba laudatio.
5. imaginEs maioRum
Era costumbre hacer una máscara de cera del rostro para
realizar luego bustos y esculturas.
Durante el funeral, los antepasados eran representados
por actores que se vestían de forma correspondiente a su
rasgo y cubrían su rostro con el imago (en plural
imagines). Si la máscara cubría más que el rostro era
denominada personae, término que terminó designando
al rol de los actores.
El Togato Barberini, estatua de
un patricio romano que
muestra orgulloso los retratos
de sus antepasados.
6. PyRaE
Si el cadáver se incineraba, se llevaba hasta el lugar donde se hacía la hoguera. A continuación un pariente
o un amigo encendía la pira y los asistentes echaban bálsamos y flores y también objetos que habían
pertenecido al muerto: vestidos, joyas, armas, etc.
Muchas veces depositaban una lucerna para iluminar el camino a la otra vida. Cuando las llamas se
extinguían las brasas eran apagadas con vino, y los huesos que quedaban y las cenizas se depositaban en la
urna cineraria, que se enterraba en la tumba. A partir del siglo II de nuestra era la incineración fue
sustituida progresivamente por la inhumación.
7. Coemeterium
Los romanos no colocaban las tumbas en un lugar tranquilo y solitario, sino a orillas de las calzadas a la
salida de las ciudades, donde los transeúntes podían contemplarlas y admirarlas.
8. SepulChra
Las diferencias sociales se evidencian en los tipos de enterramientos. Las familias ricas podrían permitirse
construir grandes sepulcros y mausoleos similares a templos, mientras que el resto debía conformarse
con simples estelas funerarias.
9. SepulChra
Otros modelos menos suntuosos, eran los columbarios, una especie de criptas excavadas en la roca con
hornacinas superpuestas donde se colocaban las urnas funerarias de grupos familiares o collegia.
Los menos favorecidos tenían que conformarse con ser enterrados en fosas individuales e incluso
colectivas en el peor de los casos pedestales.
10. SepulChra
Otras formas de enterramientos más sencillos son cajas hechas con losas de pizarras, con tejas o con
ánforas. Las ánforas se utilizaban, sobre todo, para enterramientos infantiles.
11. retratoS del Fayum
Los retratos de El Fayum o retratos de momias de El Fayum son términos modernos que se refieren a un tipo de retrato realista, pintado en tablas de madera
adheridas a las momias de la provincia romana de Egipto.
Si bien los casos de pinturas de momias datan de la época faraónica, los retratos de momias de El Fayum fueron una innovación fechada en los tiempos de la
ocupación romana de Egipto. Datan del período romano que abarca de fines del siglo I a. C. hasta inicios del siglo I en adelante.
12. epigrammata
Suelen constar de los siguientes elementos:
1) Una invocación a los dioses manes D(is) M(anibus) S(acrum) (consagrado a los dioses Manes).
2) El nombre del difunto en nominativo o en dativo.
3) La edad a la que murió, frecuentemente indicada por ANN(norum y luego el número.
4) La fórmula H(ic) S(itus/a) E(st) o S(it) T(ibi) T(erra) L(evis) (Aquí está enterrado/a. Séate la tierra leve).
5) El nombre de la persona o personas que costean o mandan hacer la inscripción y en ocasiones su relación con el difunto.
6) Un verbo indicando la colocación o la realización de la inscripción: F(ecit/ecerunt) (hizo, hicieron), F(aciendum) C(uravit/uraverunt)
(se encargó/se encargaron de hacerla), P(osuit/osuerunt) (colocó/colocaron).
13.
14. NoveNdalia
Los romanos mostraban su dolor durante varios días, colocando
una rama de ciprés en la puerta de la casa familiar y celebrando a
los nueve días un banquete donde se sacrificaba un animal en
honor del difunto (novendalia).
El luto familiar duraba unos diez meses durante los cuales no
podían realizarse fiestas ni utiliza adornos.
Como cuenta Polibio, se guardaba en un lugar privilegiado de la
casa una busto funerario del fallecido que se sacaban en
procesión en el aniversario de su muerte. Este se convertía en el
protector de la familia al que se le rendían honores
especiales(imagines maiorum)
15. MeMeNto Mori
Con la máxima de Epicuro “ disfruta mientras puedas pues el mañana es incierto” se resume a la perfección la
idea del memento mori “recuerda que morirás”.
En los convivia, banquetes, durante los brindis, se solía exhibir un esqueleto de plata, larva convivialis, para
recordar la fragilidad de la vida.
16. PareNtalia
Las fiestas de Parentalia que tenían lugar entre el
13 y 21 de febrero para honrar a los antepasados
tenían un carácter funerario y expiatorio. Esos
días se consideraban nefastos, por lo que los
magistrados no lucían sus insignias, se cerraban
los templos, los fuegos de los altares se
extinguían y se consideraba de mal augurio
celebrar los matrimonios.
El día 21 se celebraba la fiesta de la Feralia,
cuando los familiares visitaban las tumbas de sus
ancestros y dejaban coronas de flores, sal, pan
empapado en vino puro y leche.
17. PareNtalia
El día 22 se reunía toda la familia para comer en la fiesta de la Caristia o Cara Cognatio, cuando los vivos
se dedicaban a buscar la reconciliación entre ellos y olvidar sus rencores, dejando sitios libres para los
difuntos recientemente fallecidos, a los que se les servía comida.
18. dei MaNes
Los Manes eran unos dioses familiares y domésticos
o caseros por lo general asociados a otros llamados
Lares o dioses familiares y Penates o dioses de la
despensa. Eran espíritus de antepasados, que
oficiaban de protectores del hogar. El pater
familias o padre cabeza de familia, era su sacerdote
y oficiaba sus ceremonias religiosas y ofrendas en las
viviendas.
19. Phantasmata
En Roma el entierro de los muertos era un deber sagrado.
Negar sepultura a un cadáver era condenar el alma muerta a
errar sin descanso y, en consecuencia, crear un peligro real para
los vivos. En la literatura grecorromana so abundantes los
ejemplos de fantasmas que se aparecen a los vivos para
reclamar un entierro digno.
20. Lemuria
Si había alguna parte del ceremonial que no se
llevaba a cabo, o los familiares abandonaban sus
obligaciones para con su pariente difunto, se corría
el riesgo de que éste se convirtiera en una sombra
atormentada, uno de esos espíritus maléficos,
lémures, que el pater familias debía expulsar de la
casa durante las fiestas de Lemuria en los días 9, 11
y 13 de Mayo, días nefastos también, siguiendo un
antiguo rito que Ovidio explica en sus Fastos :
21. Fastos, ovidio
“Era el mes de mayo, denominado así por el nombre de los ancestros (maiores), que aún hoy
conserva parte de la costumbre antigua. Al mediarse la noche y brindar silencio el sueño, y callados
ya los perros y los diferentes pájaros, el oferente, que recuerda el viejo rito y es respetuoso con los
dioses, se levanta (sus pies no llevan atadura alguna) y hace una señal con el dedo pulgar en medio de
los dedos cerrados, para que en su silencio no le salga al encuentro una sombra ligera y cuando ha
lavado sus manos con agua de la fuente, se da la vuelta, y antes coge habas negras y las arroja de
espaldas diciendo: “Yo arrojo estas habas, con ellas me salvo yo y los míos”. Esto lo dice nueve
veces y no vuelve la vista, se estima que la sombra las recoge y está a nuestra espalda sin que la vean.
De nuevo toca el agua y hace sonar bronces temescos y ruega que salga la sombra de su casa, al decir
nueve veces “Salid, Manes de mis padres,” vuelve la vista y entiende que ha realizado el ceremonial
con pureza.”
22. Larvae
Espectros o aparecidos, se designaba así a las almas de
quienes habían tenido una existencia terrena merecedora de
castigo, criminales o asesinos o muertos de forma trágica o
violenta, especialmente los suicidas, espíritus malignos, que
ejercían una maléfica acción sobre las personas,
inclinándolas a la extravagancia o a la locura. Para curar a los
enfermos víctimas de las larvas, se les sometía a verdaderos
exorcismos y se hacían numerosas ofrendas y sacrificios.
23. Lamiae
La mitología nos cuenta que Lamia fue la reina de Libia, célebre
por su belleza extraordinaria, que enamoró a Zeus. La diosa Hera,
celosa, se vengó inspirando a Lamia una locura furiosa que la
llevó a devorar a sus propios hijos. Después, transtornada,
envidiosa de otras madres, se dedicó a arrebatarles a sus hijos y a
darles muerte, llegando así a convertirse en un temible y
sanguinario monstruo. La leyenda y la tradición perpetuaron a
Lamia, con cuyo nombre se amedrentaba a los niños griegos y
romanos y eran unas seductoras terribles, antecedentes de las
vampiresas modernas.