Un maestro espiritual le dio a tres discípulos una hoja con un arco iris para colorear y les dijo que llenaran todos los espacios con un solo color. Uno coloreó el arco iris de negro, otro de azul y el tercero de verde. El maestro explicó que habían coloreado el arco iris de la intolerancia, ya que para el ego sólo hay un color, el propio. El documento concluye instando a las personas a ser tolerantes con todos los colores, credos y culturas.