Entre 1922 y 1939 se establecieron dictaduras nacionalistas radicales de derechas en parte de Europa, como en Italia bajo Mussolini y en Alemania bajo Hitler, debido al miedo al comunismo, la crisis económica de los años 30 y el auge de ideas extremistas. Estos regímenes totalitarios eliminaron la oposición política y establecieron controles ideológicos y sociales estrictos.