El documento contrasta el lenguaje público con el lenguaje formal, señalando que el lenguaje público ofrece una comunicación inmediata a través de simbolismos expresivos y conceptos descriptivos en lugar de analíticos, mientras que el significado es implícito, en comparación con el lenguaje formal donde el significado es lógicamente explícito y sutilmente diferenciado. Además, el lenguaje público desalienta la verbalización de sentimientos delicados y las oportunidades de aprendizaje inherentes a su expresión.