El documento habla sobre la importancia del posicionamiento en internet y la construcción de la marca personal y profesional. Recomienda que las empresas y personas se adueñen de los conceptos clave asociados a su negocio o perfil a través de palabras clave en sus sitios web y redes sociales. También sugiere ser coherente en la imagen y nombre usados en los diferentes perfiles para proyectar una identidad unificada. Además, enfatiza la necesidad de monitorear y editar la información publicada considerando cómo esto puede afectar la reputación
1. El posicionamiento
Adueñarse de conceptos
Ser una empresa automotriz y que cuando googlees auto no aparezcas es algo fuerte, ¿No?; Ser
una heladería y que cuando alguien busque helados en Google no aparezcas, ¿Es raro, no?
Aunque les parezca mentira esto ocurre y con mucha mayor frecuencia de lo que imaginan. Otros
son dueños de nuestras palabras. O mejor dicho, otros son dueños de los conceptos que deberían
ser nuestros por vincularse directamente con las actividades de nuestra empresa o con las líneas
de nuestro negocio.
Muchas compañías deciden comprar publicidad en Google en lugar de hacer primero los deberes
de adaptar sus sitios Web a las nuevas demandas de la Web. Adaptarlos implica cambiarlos
privilegiando las palabras por sobre las imágenes, el HTML 5 por sobre el Flash, los móviles y las
tablets por sobre los equipos desktop. Un sitio sin palabras clave está desaprovechando
capacidades, está dejando en manos de otros nuestras posibilidades de posicionarnos con algunos
conceptos definidos por nosotros que indefectiblemente deberían tener que ver con nuestra
actividad y nuestros negocios.
Los que hacen muy bien esto son las empresas nativas de Internet que publicitan utilizando los
conceptos que dejan libres las compañías tradicionales. Estas empresas que lo hacen bien piensan
en el modo en que sus públicos buscan en la Web. Tienen en cuenta el lugar del cliente y se ponen
en sus zapatos, dedicando tiempo a pensar cómo buscarán sus productos y servicios.
Es evidente que cualquier sitio medianamente bien hecho y con un dominio “.com” va a
posicionarse en los primeros lugares a la hora de buscar el nombre de la compañía. Vamos a
utilizar un ejemplo: Soy una compañía automotriz y tengo el dominio “empresaautomotriz.com”;
cuando alguien busque mi marca en Google: “Empresa automotriz”, apareceré en el primer lugar
sin dudas. Sin embargo, ¿No sería bueno figurar en el primer lugar si alguien buscara auto seguro,
auto económico, auto familiar, etc.? Claro que sería bueno. Además, elegir esas palabras clave es
gratuito y durará más allá del tiempo en el que podríamos estar pautando en AdWords.
Adueñarse de conceptos no implica que otros no puedan ingresar, pero sí es evidente que el que
mueve primero podrá crear un concepto único, diferenciador y que marcará que mi compañía
podría ser sinónimo de algo. Si ese algo además es beneficioso para mi negocio, mucho mejor.
Hay que seguir alimentando esos conceptos, generando tráfico, elaborando contenido, buscando
nuevos seguidores y captando nuevos públicos. Un concepto no se gana y se mantiene solo. Hay
que darle vida continuamente. Las marcas deben estar vivas y sus atributos también.
2. La marca personal
Hay diversas presentaciones muy interesantes en Slideshare que recomiendan acciones para llevar
adelante la propia marca personal. Los animo a que ingresen y busquen allí que hay varias que
pueden servir (luego haré una lista de algunas que me gustaron más que otras).
Quisiera resumir algunos puntos destacados para tener presentes al momento de pensar en
mejorar, posicionar, potenciar la propia marca en la Web.
Es difícil encontrar a alguien que hoy piense en crear sus perfiles en Internet. Es decir, alguien que
no tenga nada y que si uno lo busca en Google, no exista.
Sería recomendable tener una misma foto en todos los perfiles Web, para que cualquiera que
busque, encuentre siempre una foto elegida por nosotros, en la que estemos medianamente
presentables.
Lo mismo ocurre con el nombre. El nombre de usuario debería ser el mismo dentro de lo posible
en todas las redes. Este planteo es teniendo en cuenta que se busca tener un perfil profesional en
Internet. En caso de que no se persiga eso, podemos tener un nombre para las redes
profesionales: Twitter y Linkedin y otro nombre en Facebook. Por ejemplo: ser @juanalvarez en
las dos primeras y juancitoalvarez76 en Facebook. Ahí es muy importante saber a quiénes tendré
como amigo y cuáles serán mis requisitos de privacidad.
Resulta fundamental tener presentes tres temas centrales: 1) Los reclutadores de talentos buscan
en Google antes de una entrevista para tener algo más de información de la persona. Esto no
implica contratación o desestimación, pero sí va a influir seguramente 2) Los periodistas buscan en
Google antes de escribir sobre una persona. A veces ilustran notas mediante las fotos públicas de
las personas en sus perfiles en redes sociales 3) Antes de cualquier reunión, es muy probable que
la persona con la que vayamos a reunirnos haga el ejercicio de googlear nuestro nombre para
saber al menos cómo es nuestra cara y qué estudiamos.
Frente a estos 3 simples escenarios, toma aún mayor relevancia el cuidado de nuestra imagen en
la Web. Uno debería ser consciente de qué es lo que sube y qué deja de publicar en Internet.
También debería tener presente en los horarios en que lo hace. Si la mayoría de tus publicaciones
son durante el horario de trabajo, seguramente habrá gente de generaciones anteriores que
considerarán que no estás trabajando y te estás dedicando a jugar en la Web. En cambio, las
generaciones actuales y las futuras van a considerar que su jefe está actualizado y que utiliza la red
para generar relaciones, nuevos negocios y para promover las virtudes de la compañía. También
podrán asegurar que sus líderes entienden las necesidades de las nuevas generaciones y que
saben evaluar por objetivos y no por horas de permanencia sentados en una silla.
Al utilizar tu nombre propio, es difícil ampararte en el anonimato de Internet. Lo mismo ocurre
cuando tenemos en cuenta el paso del tiempo. Hoy los adolescentes e incluso los niños ya tienen
su perfil en redes sociales, los cuales permanecerán activos incluso cuando ingresen a la
universidad o al mercado laboral. Hoy ya ocurre que algunos ejecutivos jóvenes tienen perfiles de
3. Facebook en los que se pueden encontrar fotos de algunas de sus salidas nocturnas en su juventud
o fotos en las que se los ve con copas de más. ¿Esto está mal?, Claro que no, cada uno hace con su
vida lo que desea, el problema es desde el punto de vista de la reputación de la persona. Mucha
gente tiende a prejuzgar al ver estas fotos y a diferencia de lo que ocurre en la vida “real”, en la
que se comprende que uno fue joven y tomó de más en otro momento, en la Web la fantasía del
presente eterno hace que una foto de hace 15 años parezca actual, porque está a un solo click de
distancia.
Propongo tomar consciencia de la realidad de la Web como archivo de noticias de nuestra propia
vida. Debemos ser nuestros propios editores y elegir a nuestros públicos. Recomiendo
entendernos a nosotros mismos como un medio de comunicación propio, en el que tendremos
secciones que leerán diferentes públicos, en el que habrá mejores y peores ejemplares, pero que
serán una base de datos de nuestra propia vida.