¿Qué le pasó a David, el amado de Dios, aquella tarde? Se acaba de levantar de la siesta. Lo tenía todo. Dios le había enriquecido hasta desbordarle. Sube a la terraza de su palacio. Pasea. Sus ojos se encienden al ver a una mujer hermosa. Su corazón se ciega.
Los dones de Dios que nacen de la Pascua son: la paz, la alegría, el perdón, la fe y el Espíritu Santo. Como Tomás, nuestra fe es frágil. Jesús nos dice: “Felices los que creen sin haber visto”. Leer Juan 20, 19-31
¿Qué le pasó a David, el amado de Dios, aquella tarde? Se acaba de levantar de la siesta. Lo tenía todo. Dios le había enriquecido hasta desbordarle. Sube a la terraza de su palacio. Pasea. Sus ojos se encienden al ver a una mujer hermosa. Su corazón se ciega.
Los dones de Dios que nacen de la Pascua son: la paz, la alegría, el perdón, la fe y el Espíritu Santo. Como Tomás, nuestra fe es frágil. Jesús nos dice: “Felices los que creen sin haber visto”. Leer Juan 20, 19-31
2. Un buen día, Sileno un seguidor de Dionisio, el
dios griego de las fiestas y del vino, llego al
palacio del rey Midas. Este era muy ambicioso y
amaba las riquezas, pensó que si trataba bien a
Sileno, el dios Dionisio se lo agradecería.
Midas ofreció a Sileno las mejores
habitaciones, le regaló sus vestidos más bonitos
y organizó grandes banquetes para él. Y
Dionisio quiso premiar a Midas por el trato que
había dado a sileno.
3. -Cualquier deseo que pidas
te será concedido - le dijo.
-quiero que todo lo que
toque se convierta en oro, -
contesto Midas sin dudas.
4. Cuando Dionisio desapareció, el rey Midas
quiso probar la eficacia de su don. Agarro una
piedra y esta se volvió de oro. Toco una mosca
con un dedo y también se hizo de oro.se lavo
la cara en la fuente y el agua también quedó
convertida el oro.
El rey Midas se sentía feliz y pidió que le
trajeran toda clase de objetos para convertirlos
en oro. Le llevaron flores, hojas, leña, jarrones,
sillas, mesas y muchas otras cosas más.
5. Todo se convertía en oro cuando el rey lo tocaba,
pero cuando Midas quiso comer, no pudo. Los
alimentos también se convertían en oro.
Hambriento y desesperado,
empezó a dar manotazos a todos
los muebles y personas que
encontraba a su paso, y muy
pronto, todo lo que había en el
palacio se había convertido en
oro. Y Midas, se vio rodeado de
oro, pero se encontró más solo y
más pobre que nunca.
Fin