El documento describe las características principales del Romanticismo, incluyendo su énfasis en la subjetividad, la naturaleza, la libertad y lo fantástico. También analiza cómo el Romanticismo se manifestó en la literatura venezolana del siglo XIX, abordando temas históricos y militares debido al reciente nacimiento de Venezuela como nación independiente.
1. El Romanticismo no es una actitud frente a la existencia con sentimientos de
nostalgia y melancolía, es, según, Víctor Hugo en el prefacio a "Cromwell" (1828),
"la expresión literaria del liberalismo".
El Romanticismo es la última gran época cultural europea. Comienza a finales del
siglo XVIII y se extiende hasta mediados del siglo XIX. En Latinoamérica nace en el
siglo XIX.
2. El anhelo de algo lejano e inaccesible dio pie a la añoranza de tiempos pasados.
Siente una especial predilección por lo sepulcral y macabro.
Añoranza por la naturaleza.
Contribuyó a reforzar los sentimientos de la identidad de cada uno de las naciones.
Expresa el universo ficticio como una contradicción entre la descomposición del
antiguo régimen político (el despotismo ilustrado) y su recomposición en un nuevo
régimen (el Liberal).
El mundo presentado por el escritor romántico muestra una perfección generalizada.
Manifiesta un marcado individualismo, el "yo".
Es subjetivo.
Anhelo de libertad.
Inclinación hacia lo fantástico e irracional.
Hombre como Ser Celestial – Estilo Romántico
El romántico es ocasionalista, es decir, el mundo material es mera ocasión para que él
pueda afirmar su subjetividad.
Mientras más insustancial el mundo, más concreta y vital es el alma romántica. Así
también, el alma romántica trata a la naturaleza en función de sus estados anímicos,
psicologizándola y quitándole así su independencia. Si canta el ave, se detiene a
escuchar la musicalidad del trino y piensa que ésta le celebra empáticamente sus
amores imposibles, si el cielo se nubla es índice de su futura desventura, si crece el
río es para que no se encuentre con su amada(o).
3. Tema Político - Militar
Para el siglo XIX Venezuela recién nacía a la libertad bajo un duro y sangriento proceso. Su nacimiento
(1830) concordó con el surgimiento del Romanticismo en Latinoamérica, presenciando así la formación de
los primeros autores nacionales con esta tendencia, pero, a diferencia de los de Europa, ellos sintieron una
fuerte predisposición a los temas históricos, en especial por los que estaba atravesando la nación. Bajo
esta percepción, entre los temas que marcaron mayor interés en los autores se destaca el de la milicia, por
ser en su mayoría Generales quienes comandaban las naciones, y por adhesión a la política que va de la
mano con el ansia de poder y mando militar.
Descripción y Narración
Todo desajuste entre individuo y sociedad genera en la persona una actitud de rebeldía frente a los factores
que le son adversos. Esta rebeldía va acompañada por un individualismo exacerbado, que se cementa en la
exaltación del yo.
Tal estado de ánimo engendra dos tipos de conducta. Unos se lanzan a la protesta pública, a la lucha sin
cuartel contra las normas establecidas que traban la felicidad del hombre. Otros parten hacia la insurrección
solitaria, hacia un retiro orgulloso donde componen su desacomodo con la realidad a través de diversas
formas de evasión: la fantasía exaltada, el ensueño, la comunicación con la naturaleza, el sentimiento
religioso y todo bajo una fina y delicada poesía, la cual hace a un lado la realidad histórica de los hechos
para zambullirse en una subjetividad cargada de belleza literaria.
Categorías Románticas:
Muerte
El héroe romántico se halla en posición antitética con el mundo, ya bien sea por la fuerza de sus emociones
o por los conflictos insolubles que la vida le presenta.
Generalmente se siente ajeno al mundo y considera que los asuntos interiores tienen mayor importancia que
los asuntos del mundo. Más aún, el romántico busca lo irracional, el éxtasis, la superstición y lo ficticio y lo
misterioso con el mismo deseo que se pliega sobre sí mismo. Es decir, el romántico se arroja en el
autodesdoblamiento como se arroja en todo lo ambiguo. De aquí el gusto por lo macabro, lo oscuro, lo
nocturno, lo ficticio y en general por la muerte.
La muerte se presenta ante la sensibilidad romántica como la prueba fehaciente de una noble humanidad. La
muerte es el escape para no someter la vida al análisis ético y cívico que era esencial para el pensador
ilustrado. La muerte no es otra cosa que la fuga del dominio racional, los problemas de la vida racional y la
sustracción de la vida.
4. Pasión
"Rápido y sin vacilaciones fue el instante de calma que precedió al combate. Ruge el cañón y
asordante estrépito retumba con prolongados ecos en toda la comarca. Simultáneamente
disparan y acometen nuestros batallones; crúzanse los fuegos cual relámpagos,
multiplicándose a porfía; el humo que exhala a bocanadas el ardiente incensario de las
batallas, sube y anula el sol; lucen ensangrentadas las bayonetas y las lanzas; el suelose
estremece, vacila al pie de los heridos por la muerte; sobre la nube que presagia un desastre
se divisa una aurora, y Bolívar agrega a nuestra historia una página más, donde su espada
escribe: ¡Boyacá!".
Amor
Como categoría romántica el amor es una especie de desahogo en medio de tanto caos. Es
el sentimiento más puro que ser humano sobre la tierra pueda sentir y expresar, y es
precisamente el amor a la patria, a lo nuestro, a lo autóctono lo que impulsó a los patriotas
que dieron su vida por la libertad.
El amor como característica romántica impregna todo acto que el ser romántico desea
realizar. Amor y pasión son dos sentimientos hermanos que se confunden cuando hacia lo
que se expresa sobrepasa la razón.
Que más ejemplo claro se puede señalar sino aquel pasaje en la Batalla de Carabobo
cuando nuestro Libertador Simón Bolívar viendo que los esfuerzos de su caballería son
ineficaces para rendir al enemigo, pudo exclamar: "¡Así, tus hijos, patria mía, supieron
batallar por conquistar tu libertad e independencia! ¡y así murieron los que plugo al Destino
arrebatarte en aquella jornada del definitivo vencimiento de tus seculares opresores! A ti,
la herencia de sus glorias, al mundo, el noble ejemplo de aquellas sus virtudes, que supieron
probar en el martirio y que no alcanza a mancillar el infecundo soplo, atizador constante de
mezquinas pasiones".
5. Sublimidad
Excelso, eminente, de gran valor moral, exaltado, engrandecido. Son sólo algunas acepciones
que se le pueden adjudicar al héroe, al hombre romántico, quizá por su arrojo y valentía, en el
primero, o por la entrega ciega a las pasiones, en el segundo. Pero es la sublimidad la
categoría más atípica para un período tan sangriento como el vivido en Venezuela para la
época de 1830. No es común la sublimidad en medio del caos y sin embrago los autores
románticos latinoamericanos se las ingeniaron para lograr el sensible acto de la sublimidad
cuando lo que se respiraba era desolación.
Eduardo Blanco en Venezuela Heroica, para anunciar por ejemplo, el paso de los días en
medio de la batalla, dice: "Un sol desaparece y otro se levanta entre los escombros de la
revolución".
Paz
Buenos y malos, patriotas y realistas, guerra y paz. Estas pugnas se ven reflejadas en el vivir
diario del venezolano de 1810 en adelante. La constante zozobra en la que se ve envuelto por
los sucesos de guerra, motines y rebeliones, le hacen comprender que son necesarios para
lograr la tranquilidad que se tiene con la paz.
La paz es un estado que todo ser humano busca, pero es irónico reconocer que muchas veces
es necesario pelearla. Así lo vivió el pueblo venezolano hasta conseguir lo que hoy
llamamos democracia.
"En menos de media hora, el enemigo se ve forzado a replegar, dejando el campo cubierto de
cadáveres; y luego declararse en derrota, muriendo, empero, el denodado Comandante
Piñango, que decide la lucha sacrificándose generosamente por la patria". Se muere por
conseguir la paz de los que vendrán.