La crisis económica y política en España llevó a la revolución de 1868 que derrocó a la reina Isabel II y estableció un gobierno provisional bajo Juan Prim. Sin embargo, la inestabilidad continuó con la búsqueda de un nuevo monarca y la oposición de la aristocracia. Esto finalmente condujo a la proclamación de la Primera República en 1873, aunque los gobiernos republicanos tuvieron dificultades para establecer el orden debido a la oposición de los conservadores y los movimientos regionalistas