Este documento resume un viaje por el corazón de los Andes peruanos, incluyendo visitas a sitios arqueológicos, paisajes naturales, y ciudades como Huancavelica. El viaje comenzó en Huancayo y siguió por el valle de Mantaro, luego visitó la laguna Ñahuimpuquio, el sitio arqueológico de Arwaturo, y el centro cultural Catalina Huanca. También describió el trayecto en tren hacia Huancavelica, la ciudad subterránea dejada por las antiguas

1. NOMBRE: Yamir Randy APELLIDO: Ortyz Guardamino GRADO: 3ero SECCION: «E» COLEGIO: «NUESTRO SEÑORA DELCARMEN» HUARAL-2011

2. En el corazón de los andes (infografía) Esta historia recorre el espinazo del Perú aquel que discurre entre los bucólico y lo comercial para luego estirarse a través del tren macho hacia la olvidada Huancavelica y sus apus, vieja minas coloniales y danzantes de tijeras. La aventura termino , en la vía de la ruta de los libertadores.

3. Se puede decir que la historia se nos cruzo en el camino, porque el valle del Mantaro es esencialmente ganadero y nosotros acabábamos de abandonar la hacienda santa Ana Que ha sobrevivido a los rigores de la reforma agraria y historia se nos había cruzado en el camino porque una multitud de gente y toros se apareció de improviso en la vía y el conductor tuvo que frenar , aprovechamos para dar una ojeada a los animales que llevaban.

4. La soleada mañana nos llevo hacia la laguna ñahuimpuquio (ojo de agua) en los predios del distrito Ahuac, donde reina el pato real de pico crema ,naranja y azul . En el invierno llegan varias aves y algunas son migratoria . Y no faltaría el paseo en kayak y para los que se sienten cómodos esta en restaurante :la sirena hay sabores inigualables que nunca lo probaras en otro lugar

5. Historia huanca Esa misma mañana conocimos arwaturo, un complejo arqueológico a 3 460 metros de altura, un excelente mirador para apreciar el nevado Huaytapallana y buena parte del valle del Mantaro. Luego aterrizamos en un sitio alucinante: el centro cultural catalina huanca. Un museo privado que construyeron los esposos enrique morales y Zoraida Alvarado. En la ciudad de la concepción recorrimos la casa Ugarte, saqueada por los chilenos el 10 de julio de 1882.

6. Tren de machos y muchos Seis de la mañana en punto. El equipo de la revista rumbos, encabezados por su directora Mariela Goyenechea, sube en medio de un viento helado que barre la estación, el tren macho se dirige hacia Huancavelica. A medida que tomamos distancia con Huancayo, el paisaje empieza a pintarse de flores de retama, a la vez acompaña al rio Mantaro hasta el pueblo la mejorada. El famoso sobrenombre de macho le viene a este tren porque salía «salía cuando quería y llegaba cuando le daba la gana» . Lo que muy pocos saben es que el ferrocarril fue originalmente diseñado para unir Huancayo y Ayacucho.

7. Una ciudad bajo tierra En la estación de Huancavelica nos da la bienvenida Alberto rodríguez Espíritu , gerente de la cámara de comercio de Huancavelica, acompañado de Lena lucia ayuque, Ana Cecilia curí, «la mestiza», y Paul Fernando breña, «el viejo». Con ellos trepamos al cercado sacsamarca .mas adelante con menos oxigeno en el aire, nos topamos con una de las entradas a la mina santa bárbara. Aseguran que en su interior hay calles y plazas y hasta un anfiteatro; un pueblo entrado bajo tierra. Al día siguiente partimos –cuando sale el sol- con dirección al sur; encontramos los últimos tramos del ferrocarril en la comunidad de lachoc y luego el punto de desvió a huaytara y chincha.

8. Acto de purificación Regresamos de Huancavelica y nos orientamos hacia el nordeste. Nuestro objetivo es escalara el apu Pucará, en la comunidad de matipaccana, para preciar la danza de las tijeras. Antes de despedirnos de la ciudad de Huancavelica, nos engreímos con unos dulces y bebidas de ayrampo que solo se pueden encontrar en «caprichos» de Emilio Ramírez .De esa manera ,siempre en olor a historia, abandonamos Huancavelica para entrar a tierras iqueñas a través de tambo colorado, hermoso palacio inca construido por Túpac Yupanqui. Fue en el inquieto de Humay donde no pudimos evitar la tentación de ingresar al santuario en el cual se venera a Luisa de la Torre, mas conocida. Así momentáneamente purificados, nos dirigimos sin pestañear a Lima que gris y todo sigue siendo nuestra ciudad.