La encuesta encontró que la Policía Nacional civil de El Salvador se ha convertido en un enemigo para los jóvenes debido a su enfoque represivo y violatorio de los derechos humanos, lo que ha acelerado el fenómeno de las pandillas. Además, la militarización de las policías en América Latina promovida por Estados Unidos responde más a una necesidad económica estadounidense de deshacerse de excedentes militares que a una estrategia seria de seguridad, y esto no contribuye a la paz