2. El 5 de mayo en la Plaza de San Pedro, dijo:
“La fe cristiana está toda ella centrada en
la relación con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Quien ama al Señor Jesús,
acoge en sí a Él
y al Padre, y gracias al Espíritu Santo
acoge en su corazón y en su propia vida el
3. “El centro del que todo debe iniciar,
y al que todo debe conducir es amar a Dios,
ser discípulos de Cristo viviendo el
Evangelio”.
4. “Debemos recurrir siempre a Cristo, fuente
inagotable, refuercen su fe, cuidando la
formación espiritual, la oración personal y
comunitaria, la liturgia”..
5. "Caminen con decisión hacia la santidad; no se
conformen con una vida cristiana mediocre, sino
que su pertenencia sea un estímulo, ante todo
para ustedes, para amar más a Jesucristo”.
6. “Lo esencial, es creer en Jesucristo, muerto y
resucitado por nuestros pecados, y amarse unos
a otros como Él nos ha amado”.
7. “la piedad popular es una senda que
lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia,
en comunión profunda con sus Pastores”.
8. “Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia los
quiere. Sean una presencia activa en la comunidad,
como células vivas, piedras vivas, amen a la
Iglesia. Déjense guiar por ella.
En las parroquias, en las diócesis,
sean un verdadero pulmón de fe y de vida
cristiana”.
9. “ Así es la Iglesia: una gran riqueza
y variedad de expresiones en las que todo
se reconduce a la unidad, al encuentro con
Cristo”.
10. “Es necesario seguir a Cristo en el
camino concreto de la vida para que nos
transforme”.
11. “La profunda devoción a
la Virgen María, señala el
más alto logro de la
existencia cristiana, a
Aquella que por su fe y su
obediencia a la voluntad
de Dios, así como por la
meditación de las palabras
y las obras de Jesús,
es la perfecta discípula del
Señor”.
12. “Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la
medida en que lleva y vive el Evangelio, y da
testimonio del amor de Dios por todos,
especialmente por quien se encuentra en dificultad.
Sean misioneros del amor y de la ternura de Dios”.
13. “Pidamos al Señor que oriente siempre nuestra
mente y nuestro corazón hacia Él, como piedras
vivas de la Iglesia, para que todas nuestras
actividades, toda nuestra vida cristiana, sea un
testimonio luminoso de su misericordia y de su
amor”.
14. “Así caminaremos hacia la meta de nuestra
peregrinación terrena, hacia la Jerusalén del cielo.
Allí ya no hay ningún templo: Dios mismo y el
Cordero son su templo; y la luz del sol y la luna
ceden su puesto a la gloria del Altísimo. Que así
sea”.
15.
El 5 de Mayo En sus palabras previas al rezo del
Regina Coeli, dijo:
“comprometernos con claridad y coraje para
que cada persona humana, especialmente los
niños,
que están entre las categorías más vulnerables,
sea siempre defendida y tutelada”.
16. "En este momento de profunda comunión en
Cristo, sentimos viva en medio de nosotros la
presencia espiritual de la Virgen María.
Una presencia materna, familiar”.
17. “Recogidos en oración alrededor de María,
pedimos a Dios el don del Espíritu Santo, el
Paráclito, para que consolide y conforte a todos
los cristianos, especialmente aquellos que celebran
la Pascua en medio de pruebas y sufrimientos, y
los guíe en el camino de la reconciliación y la
18. El 06 de mayo dijo:
“No se puede entender la vida cristiana sin la
presencia del Espíritu Santo que lleva al fiel a Jesús,
que lo acompaña en el camino y le da la vitalidad
que necesita para sostenerse."
19. “El Espíritu Santo es justamente Dios, la Persona
Dios,
que da testimonio de Jesucristo en nosotros y
que nos defiende y siempre está a nuestro lado
para sostenernos":
20. "No se puede
entender la vida
cristiana sin la
presencia del
Espíritu Santo: no
sería cristiana. Sería
una vida religiosa,
pagana, que da
lástima, que cree en
Dios, pero sin la
vitalidad que Jesús
quiere para sus
discípulos. Y aquello
que da la vitalidad
es el Espíritu Santo,
presente".
22. "El Espíritu Santo: nos abre el corazón para
conocer a Jesús. Sin Él no podemos conocer
a Jesús.
Nos prepara al encuentro con Jesús.
Nos hace ir por el camino de Jesús.
El Espíritu Santo actúa en nosotros durante
todo el día, durante toda nuestra vida,
como testimonio que nos dice dónde está
Jesús".
23. El camino para tener en cada momento la gracia
de la "fecundidad de la Pascua" es rezar.
Una riqueza posible gracias al Espíritu Santo.
24. “El examen de conciencia", "que los cristianos
realizan con respecto a la jornada que han
vivido", un "ejercicio" que "nos hace bien
porque es tomar consciencia de aquello que el
Señor ha obrado en nuestro corazón ".
25. "Pidamos la gracia de acostumbrarnos a la
presencia de este compañero de camino, el Espíritu
Santo,
de este testigo de Jesús que nos dice dónde está
Jesús, cómo encontrar a Jesús, qué cosa nos dice
Jesús. Tenerle una cierta familiaridad: es un amigo.
Jesús lo ha dicho:
‘No, no te dejo solo, te dejo a Éste.
Jesús nos lo deja como amigo.
26. Antes que termine la jornada tengamos la
costumbre de preguntarnos:
¿‘Qué cosa ha obrado el Espíritu Santo en
mí, hoy?
¿Qué testimonio me ha dado?
¿Cómo me ha hablado? ¿Qué cosa me ha
sugerido?’".
27. "Porque es una
presencia divina que
nos ayuda a ir
adelante en nuestra
vida de cristianos.
Pidamos hoy esta
gracia. Y esto hará
que, como lo hemos
hecho en la oración,
en cada momento
tengamos presente la
fecundidad de la
Pascua. Así sea".
28. "hay que ser fuertes, animados por el
amor y sostenidos por la fe en Cristo ... "
29. El 7 de mayo dijo:
"Entrar en paciencia: ese es
el camino que Jesús nos
enseña también a nosotros
cristianos. Entrar en
paciencia… Esto no quiere
decir estar tristes. No, no,
¡es otra cosa! Esto quiere
decir soportar, portar sobre
la espalda el peso de las
dificultades, el peso de las
contradicciones, el peso de
las tribulaciones.
Esta actitud cristiana de
soportar: entrar en
paciencia".
30. "Aquello que en la Biblia se dice con una palabra
griega,
la Hypomoné, soportar en la vida el trabajo de
todos los días: las contradicciones, las tribulaciones,
todo esto.
Jesús las ha soportado, ha entrado en paciencia.
Este es un proceso de maduración cristiana,
a través del camino de la paciencia.
31. Un proceso que requiere tiempo, que no se hace
de un día para otro: se realiza durante toda la
vida para llegar a la madurez cristiana. Es como
el buen vino".
32. "La actitud del soportar, es la actitud
normal del cristiano, pero no es una actitud
masoquista.
Es en cambio una actitud que lo lleva
"por el camino de Jesús“.
33. "Cuando llegan las dificultades, llegan también las
tentaciones. Por ejemplo el lamentarse: ‘Pero mira lo
que me pasa'...
un lamento. Y un cristiano que se lamenta
continuamente,
deja de ser un buen cristiano: es el Señor o la Señora
Lamento,
Porque siempre se lamenta de todo,
34. El silencio en el soportar,
el silencio en la paciencia.
Aquel silencio de Jesús: Jesús
en su Pasión no dijo más de
dos o tres palabras
necesarias…"
35. "Pero tampoco es un silencio triste: el silencio del
soportar la Cruz no es un silencio triste. Es
doloroso, muchas veces muy doloroso, pero no es
triste. El corazón está en paz.
36. Pablo y Silas rezaban en paz. Tenían dolores,
porque se dice que luego de la cárcel el carcelero
lavó las llagas - tenían llagas - pero soportaban en
paz. Este camino de soportar nos hace profundizar
la paz cristiana, nos hace fuerte en Jesús".
37. He aquí que el cristiano está llamado a soportar
como hizo Jesús, "sin lamentarse, soportar en paz".
"entrar en paciencia, renueva nuestra juventud y
nos hace más jóvenes"
38. "El paciente es aquel que, a la larga, ¡es el más
joven! Pensamos en aquellos ancianos y
ancianas en los asilos, aquellos que han
soportado tanto en la vida:
Miramos sus ojos, ojos jóvenes, tienen un
espíritu joven y una renovada juventud".
39. Señor:
a esta renovada
juventud pascual por el
camino del amor, de la
paciencia, del soportar
las tribulaciones y
también - me permito
decirlo - de soportarnos
el uno al otro. Porque
también debemos hacer
esto con caridad y con
amor, porque si yo debo
soportarte, estoy seguro
que tú me soportas y así
vamos adelante por la
senda del camino de
40. "hay que ser fuertes, animados por el amor y
sostenidos por la fe en Cristo ..."
41. El 8 de mayo, en la
audiencia general, el Papa
dijo:
¿quién es el Espíritu
Santo?
En el Credo profesamos
con fe: «Creo en el Espíritu
Santo que es Señor y da la
vida».
La primera verdad a la que
adherimos en el Credo es
que el Espíritu Santo es
Kýrios, Señor. Ello significa
que Él es verdaderamente
Dios como lo son el Padre
y el Hijo, objeto, por parte
nuestra, del mismo acto de
adoración y de
glorificación que dirigimos
42. De hecho, el Espíritu Santo es la tercera Persona
de la Santísima Trinidad; es el gran don de Cristo
Resucitado que abre nuestra mente y nuestro
corazón a la fe en Jesús como el Hijo enviado por
el Padre y que nos guía a la amistad,
a la comunión con Dios.
43. “El Espíritu Santo es la fuente inagotable de la
vida de Dios en nosotros. El hombre de todos los
tiempos y de todos los lugares desea una vida
plena y bella, justa y buena,
una vida que no esté amenazada por la muerte,
sino que pueda madurar y crecer hasta su plenitud.
44. El hombre es como un caminante que,
atravesando los desiertos de la vida, tiene sed de un
agua viva, fluyente y fresca, capaz de refrescar en
profundidad su deseo profundo de luz, de amor, de
belleza y de paz.
45. ¡Todos sentimos este deseo!
Y Jesús nos da esta agua viva: ella es el Espíritu
Santo,
que procede del Padre y que Jesús vierte en
nuestros corazones. « yo he venido para que
tengan Vida,
y la tengan en abundancia», nos dice Jesús (Jn
46. Jesús promete a la Samaritana donar un “agua viva”,
con abundancia y para siempre, a todos aquellos
que lo reconocen como el Hijo enviado por el Padre
para salvarnos (cfr Jn 4, 5-26; 3,17). Jesús ha
venido a donarnos esta
“agua viva” que es el espíritu Santo, para que
nuestra vida sea guiada por Dios, sea animada por
Dios, sea nutrida por Dios.
47. Cuando decimos que el cristiano es un
hombre espiritual nos referimos justamente a
esto:
el cristiano es una persona que piensa y actúa
según Dios, según el Espíritu Santo. Y
nosotros, ¿pensamos según Dios? ¿Actuamos
según Dios? O ¿nos dejamos guiar por tantas
48. A este punto podemos preguntarnos: ¿por
qué esta agua puede saciarnos hasta el
fondo? Sabemos que el agua es esencial para
la vida; sin agua se muere;
ella refresca, lava, hace fecunda la tierra. En
la Carta a los Romanos encontramos esta
expresión: «el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (5,5).
49. El “agua viva”, el
Espíritu Santo, Don del
Resucitado que toma
morada en nosotros,
nos purifica,
nos ilumina, nos
renueva, nos transforma
porque nos hace
partícipes de la vida
misma de Dios que es
Amor.
50. Por esto, el Apóstol Pablo afirma que la vida
del cristiano está animada por el Espíritu y
de sus frutos, que son «amor, alegría y paz,
magnanimidad, afabilidad, bondad y
confianza, mansedumbre y temperancia» (Gal
5,22-23).
El Espíritu Santo nos introduce en la vida
divina como “hijos en el Hijo Unigénito”.
51. San Pablo lo sintetiza con estas palabras:
«Todos los que son conducidos por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes
no han recibido un espíritu de esclavos para
volver a caer en el temor, sino el espíritu de
hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios
‘Padre’.
52. El mismo espíritu se une a nuestro espíritu
para dar testimonio de que somos hijos de
Dios.
Si somos hijos, también somos herederos,
herederos de Dios y coherederos de Cristo,
porque sufrimos con él para ser glorificados
con él» (8,14-17).
53. Este es el don precioso que el Espíritu Santo trae
a nuestros corazones: la vida misma de Dios,
vida de verdaderos hijos, una relación de
confidencia, de libertad y de confianza en el
amor y en la misericordia de Dios, que tiene
también como efecto una mirada nueva hacia los
demás, cercanos y lejanos, vistos siempre como
hermanos y hermanas en Jesús a los cuales hay
54. El Espíritu Santo nos enseña a mirar con los
ojos de Cristo, a vivir la vida como la ha
vivido Cristo, a comprender la vida como la
ha comprendido Cristo.
55. He aquí por qué el agua viva que es el
Espíritu Santo sacia nuestra vida, porque nos
dice que somos amados por Dios como hijos,
que podemos amar a Dios como sus hijos y
que con su gracia podemos vivir como hijos
de Dios, como Jesús.
56. Y nosotros, escuchamos al Espíritu Santo que
nos dice: Dios te ama, te quiere.
¿Amamos verdaderamente a Dios y a los
demás,
como Jesús? Y nosotros, ¿escuchamos al Espíritu
Santo? ¿Qué cosa nos dice el Espíritu Santo?
Dios te ama: ¡nos dice esto! Dios Te ama, te
quiere. Y nosotros ¿amamos verdaderamente a
57. Dejémonos guiar, dejémonos guiar por el
Espíritu Santo. Dejemos que Él nos hable al
corazón y nos diga esto:
que Dios es amor, que Él nos espera siempre,
que Él es el Padre y nos ama como verdadero
papá;
nos ama verdaderamente.
58. Y esto solo lo dice el
Espíritu Santo al
corazón.
Sintamos al Espíritu
Santo, escuchemos al
Espíritu Santo
y vayamos adelante
por este camino del
amor,
de la misericordia, del
perdón.
59. El 10 de mayo, el
Papa Francisco dijo :
“El cristiano es un
hombre y una mujer de
gozo.
Esto nos lo enseña
Jesús, nos lo enseña la
Iglesia, especialmente
en este tiempo. ¿Qué
cosa es este gozo? ¿Es
la alegría?
No: no es lo mismo.
La alegría es buena,
¿eh?, alegrarse es
bueno.
60. Pero el gozo es algo más, es otra cosa.
Es una cosa que no viene por motivos
coyunturales, por motivos momentáneos:
es una cosa más profunda. Es un don".
61. "La alegría, si queremos vivirla en todo
momento,
al final se transforma en ligereza, superficialidad,
y también nos conduce a aquel estado de falta de
sabiduría cristiana, nos hace un poco tontos,
ingenuos, ¿no?,
todo es alegría … no. El gozo es otra cosa.
El gozo es un don del Señor. Nos llena desde
dentro.
Es como una unción del Espíritu.
Y este gozo se encuentra en la seguridad que
62. El hombre gozoso, es un hombre seguro.
Seguro que "Jesús está con nosotros, que Jesús
está con el Padre".
63. Pero este gozo, "¿podemos embotellarlo un
poco,
para tenerlo siempre con nosotros?":
"No, porque si queremos tener este gozo solo
para nosotros al final se enferma y nuestro
corazón se encoge un poco, y nuestra cara no
transmite aquel gran gozo sino aquella nostalgia,
aquella melancolía que no es sana".
64. "Algunas veces estos cristianos melancólicos
tienen más la cara avinagrada en vez de gozosa
de los que tienen una vida bella. El gozo no
puede estancarse: debe avanzar.
El gozo es una virtud peregrina. Es un don que
camina,
que camina por el camino de la vida, camina
con Jesús: predicar, anunciar a Jesús, el gozo,
alarga
65. "El gozo es
propiamente una
virtud de los grandes,
de aquellos grandes
que están por encima
de las poquedades,
que están por encima
de estas pequeñeces
humanas, que no se
dejan involucrar en
aquellas pequeñas
cosas internas de la
comunidad, de la
Iglesia: miran siempre
al horizonte".
66. El gozo es "peregrino", "El cristiano canta con el
gozo,
y camina, y lleva este gozo".
67. “El gozo, es el don que
nos lleva a la virtud de
la magnanimidad.
El cristiano es
magnánimo, no puede
ser pusilánime:
es magnánimo.
Y justamente la
magnanimidad es la
virtud del respiro, es la
virtud de ir siempre
adelante,
pero con aquel espíritu
lleno de Espíritu Santo.
El gozo es una gracia
que debemos pedir al
Señor".
68. "En estos días en que la
Iglesia nos invita a
pedir el gozo del
Espíritu Santo y
también el deseo:
aquello que lleva hacia
adelante la vida del
cristiano es el deseo.
Cuanto más grande es
tu deseo,
más grande será tu
gozo.
69. “El cristiano es un hombre, es una mujer de
deseo:
desear cada vez más en el camino de la vida.
Pidamos al Señor esta gracia, este don del
Espíritu:
el gozo cristiano. Lejos de la tristeza, lejos de la
simple alegría… es otra cosa. Es una gracia que
70. En twitter:
“Cada cristiano es misionero en la medida
que da testimonio del amor de Dios.
¡Sean misioneros de la ternura de Dios!.”
71. “Pidamos al Señor que toda nuestra vida
cristiana sea un testimonio luminoso de su
misericordia y su amor.
72. “No nos contentemos con una vida cristiana
mediocre. Caminen con decisión hacia la
santidad.”
73. “Yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia, dice Jesús.
Esta es la verdadera riqueza,
no la riqueza material..”
74. “El don precioso que el Espíritu Santo trae a
nuestro corazón es la confianza profunda en
el amor
y en la misericordia de Dios.”
75. “El Espíritu Santo nos hace ver de modo
nuevo a los demás, como hermanos y
hermanas en Jesús,
a los que hemos de respetar y amar.”
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